Por Mendelevio
En España nos mortificamos con los penosos resultados de los test PISA. También nos flagelamos con las altas cifras de fracaso escolar español y las bajas de Finlandia. Esto lo aprovechan neoliberales como Wert y Marcial Marín para decir cosas como que la calidad educativa no está relacionada con el número de alumnos por aula o con el gasto en educación.
Se plantean que tenemos que copiar modelos educativos como el alemán, el finlandés o el coreano… Todos parten de un error. Se cree que educar es cuestión de leyes, de pizarras digitales y de modelos de exámenes. ¿Se han planteado que la diferencia entre Finlandia y España no es sólo de modelo educativo? Tal vez el éxito finlandés habría que buscarlo en otras variables.
Primero hay que preguntarse si la composición social de Finlandia incluye minorías sociales y étnicas poco integradas. ¿Valoran el éxito escolar de sus hijos lo mismo los lapones que las minorías étnicas en España? ¿Tiene Helsinki barrios como las tres mil viviendas de Sevilla? En la periferia urbana de Madrid o Barcelona ¿funcionaría el modelo educativo finlandés?
Segundo habría que comparar la legislación laboral de ambos países, así como la cultura empresarial… ¿Tienen los padres finlandeses tan poco margen para dedicarse a la educación de sus hijos? En España las empresas y las administraciones fomentan que el empleado eche el mayor número posible de horas en el puesto de trabajo. Da igual que esas horas sean poco productivas o que impidan la conciliación de la vida familiar y laboral. Los progenitores (antes llamados padres) tienen un papel como mínimo tan importante como los docentes en la educación de sus hijos.
Después deberíamos comparar los políticos de ambos países. ¿Cambian de modelo educativo en Finlandia con cada cambio de mayoría parlamentaria? ¿Se reparten los departamentos de la universidad por cuotas de poder? ¿Tienen politizado el servicio de inspección educativa? ¿Convocan plazas para profesorado antes de las elecciones o cuando hacen falta? ¿Utilizan en Finlandia la escuela para justificar la existencia de los gobiernos autonómicos?
Confiar la mejora de la educación en cambios de ley orgánica cada 8 años es marear la perdiz o no querer solucionar el problema. Como bien nos recuerda José Antonio Marina: para educar a un niño hace falta toda la tribu.