Más democracia, eso es lo que pedimos desde Falange Auténtica para estas elecciones gallegas. Más democracia para que todas las voces, por diversas que sean, puedan ser escuchadas. Para que los gallegos tengan una oportunidad de avanzar sin miedo hacia un futuro más esperanzador.
Otra vez son llamados a las urnas los gallegos, esta vez para elegir a sus representantes en el parlamento autonómico de donde saldrá la nueva Xunta de Galicia. Y es de suponer que van a ser pocas las novedades de fondo que se produzcan en los resultados.
El pueblo gallego parece condenado a elegir entre dos opciones poco halagüeñas. Por un lado, un Fraga agotado, agotador y como único referente para controlar un Partido Popular cada vez más dividido en los estamentos subordinados a su líder. Una política continuista cuya mayor virtud parece precisamente la continuidad, el malo conocido antes que lo bueno por conocer. En el otro lado de la balanza, un PSOE cuyos candidatos nunca llegan a cuajar, pujante por ser ahora el partido del Gobierno nacional y además candidato casi seguro a gobernar en coalición con el BNG en un remedo inquietante de gobierno gallego "a la catalana.
En <fa> queremos aprovechar estos comicios para pedir más y mejor democracia, una democracia que no sea sólo el resultado de las operaciones aritméticas de los grandes partidos, aderezado por el inmenso poder de influencia de los nacionalistas, siempre dispuestos a vender su apoyo por un precio muy caro. Un precio generalmente pagado por toda la nación española, aunque en este caso lo sería, muy especialmente, por el pueblo gallego.
No es novedad que nosotros aboguemos por una democracia serena y participativa, que no tema la diversidad de pareceres en el parlamento, pero que se vacune en sus normas contra los apaños de los grandes partidos. Pues son éstos, en definitiva, los que llenan de inseguridad a los votantes, que se ven obligados a ejercer su exiguo derecho a elegir, basándose más en el miedo a lo que ocurrirá si gana el rival, que pensando en lo que promete hacer el propio candidato que recibe el voto.
Falange Auténtica no es ajena a los problemas de Galicia y seguirá trabajando por tener voz en Galicia, para conseguir que los falangistas auténticos puedan ser escuchados en esas tierras. El mensaje de patriotismo abierto e integrador combinado con el deseo permanente de conseguir que la justicia social presida las relaciones de un pueblo demasiadas veces castigado por los avatares de la economía e incluso por los golpes de la naturaleza, sin duda será del agrado de muchos de nuestros hermanos gallegos. Sólo será necesario, para poder hacernos un hueco, que los gallegos se vean libres de ese destino electoral que parece tenerles atados a viejas soluciones insuficientes y en el permanente temor a un giro político que les sitúe en manos del nacionalismo absurdo.
¡Suerte, Galicia!