José Manuel Cansino

Ha muerto Fernando Gómez-Pallete Iza quien fuera hasta hace poco, uno de los secretarios nacionales de La Falange.

Fernando destacó como militante y dirigente del Sindicato Español Universitario en años en los que la Universidad española aún era lugar para la inquietud política antes que para los juegos de rol, quizás por eso, también el SEU, el sindicato falangista, fuese muy diferente.

Fernando Gómez-Pallete IzaUn Un destacado militante sevillano del SEU de la época, abogado como Fernando, definió a la Falange como a Saturno cuando devoraba a su hijo en referencia al explícito cuadro de Goya. El dios Saturno (o Cronos) devoraba a los hijos que le daba su esposa –Cibeles- ante el miedo de que lo destronasen. Falange era una suerte de organización gobernada por la gerontocracia, la Falange de los oficinistas como escribía Carlos Puig –otro histórico-, que reaccionaba ante cualquier atisbo de relevo generacional comiéndose a los hijos que había alimentado hasta que estos, coherentes con su compromiso falangista adquirido en la Universidad, apuntaban a su emancipación política en aras de la Falange joven de la que hablase el propio Ramiro.

Los ofertorios políticos en los que el aparato sacrificaba a los hijos que había amamantado con la excusa de mantener una pureza doctrinal (sobre la que cada verdugo tenía su particular criterio), impedían a Falange cualquier oportunidad de futuro.

El destino último y habitual de quienes una y otra vez chocaban con los castradores azules era la puerta de la calle ... el abandono de toda actividad política al tiempo que nuevos camaradas entraban en las escuadras del SEU repitiendo proceso y frustración.

Falange fue perdiendo camaradas de capacidad política incuestionable; hoy muchos de ellos y de ellas gozan de amplio prestigio profesional sin haber abjurado de nada.

Para explicar esta contínua entrada y salida de camaradas se han acuñado con éxito dos teorías. Una es la "Teoría de la piscina" según la cual Falange es como una piscina en la que contínuamente unos se están lanzando y otros están saliendo.

La otra es la "Teoría es la del ajuste del reloj" según la cual el gran problema de la Falange ha sido que los más capaces nunca coincidieron militando en Falange al mismo tiempo, de nuevo unos llegaban justo cuando otros acababan de cerrar la puerta.

En medio de esto, muchos fueron los que regresaron a casa después del Congreso del Relevo de 1995. Por vez primera Falange contaba con una Junta Nacional integrada por falangistas de entre treinta y cuarenta y pocos años.

Hubo que esperar un poco más hasta que Fernando regresase a casa. Lo hizo de la mano de Ana Grijalbo, entonces directora del Instituto de Estudios Nacional Sindicalistas y contando con el respaldo de Jesús López.

De su capacidad profesional se benefició claramente Falange. Recuerdo que fue él quien consiguió que el nombramiento de Miguel Angel Loma como letrado representante de La Falange llegase a Sevilla a tiempo para que este ganase el juicio contra el Delegado del Gobierno en Ceuta, quien pretendía impedir que nos manifestáramos el pasado 12 de Octubre.

No fue mucha la oportunidad que Fernando tuvo para seguir construyendo Falange dentro de La Falange. La radicalización de posturas tras el último Congreso Nacional apuntaba lamentablemente a una nueva ruptura del falangismo. Creo que fue entonces cuando Fernando comentaba con resignación que después de haberlo convencido para regresar a casa, otra vez estaban las cosas igual que siempre. Así era, Fernando.

Probablemente Jaime lleve razón cuando afirma que en Falange no caben todos; efectivamente, las lecturas políticas que admite José Antonio no sólo son muchas sino que, en algunos casos, son antagónicas.

En los meses que duró la ruptura nunca te oí ni leí descalificación alguna contra nadie, querido Fernando, y esto amigo, visto lo visto, sí que es estilo. Me contaron que en los "chats" (vete tú a saber en cuál) alguien utilizaba el "nick" de "pillete" tratando supongo de molestarte. No es que internet sea obra del maligno, lo que ocurre –Fernando- es que por aquí hay mala leche como para envenenar a un regimiento. Suerte que a ti te importase lo del "nick" tanto como a mí el tiempo que hará mañana en Kandajar.

Y en estas, Fernando, te pilla un infarto a traición y nos dejas con un palmo de narices. Puede que, puestos a cambiar de mundo, mejor esto que morirse por correspondencia de alguna lenta afección degenerativa. Tú mismo ... o mejor Él mismo, pues no hace mucho oí a un sacerdote que despedía a su hermana igual que nosotros ahora te decimos hasta luego, diciendo que para un cristiano la noticia de la muerte no sólo era buena sino, además, excelente. Pues esto es fe, o FE o alguna mezcla de las dos, y lo demás cuento.

En fin Fernando, regresaste a casa para luego no tener otra que marcharte. En medio tuve la suerte de conocerte, de aprender de tu estilo, de ponerle a la gravedad de las cosas una sonrisa irreverente, de hacer Falange, Fernando, hasta donde pudimos. Descansa camarada en el Paraiso de ángeles verticales y convence al Jefe para que de vez en cuando te deje enviar un guiño lanzando destellos desde tu lucero.


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