Carlos León Roch.
Sufriendo con ellas, esperanzadas como ellas, miles de millones de personas en todo el mundo han rezado, han sufrido y se han emocionado con las hermanas Bijani. Sus nombres, su apellido, sus facciones nos eran familiares y queridas. Hemos sonreído con ellas al verles evolucionar con gracia pese a sus dificultades; hemos valorado cual era la que "mandaba y cual la más guapa o la más simpática. Los médicos hemos admirado el valor de ellas y el del enorme grupo de primeras figuras de muchas altas especialidades médicas reunidas generosamente para afrontar un enorme reto...finalmente fallido.
Ahora la tristeza por su desaparición se matiza –también entre muchos millones de personas- con la certeza que lleva el conocer la firme decisión que Ladan y Laleh tenían de afrontar el riesgo teniendo pleno conocimiento de él.
La humanidad ( creo que puede utilizarse sin énfasis ese concepto) ha gastado en el intento una enorme cantidad de dinero, no mencionado. Y ha empleado ingenio, ciencia, esfuerzo y esperanzas. Y aunque en esta ocasión el resultado inmediato haya sido negativo, los conocimientos y la experiencia adquirida sin duda serán de gran utilidad en el futuro. Un futuro que es, sin duda, mañana.
Pocas personas pueden haberse sentido más universalmente amadas que Ladan y Laleh. ¡Y pensar que si hace 29 años , en el vientre de su madre, se hubiera detectado la terrible anomalía habrían podido ser legalmente abortadas en muchos países!