La ruptura del pacto de gobierno regional entre CC y PSOE, podría abrir en Canarias un escenario político nuevo y deseado por muchos isleños.
Son demasiados años mal gobernados por Coalición Canaria, una plataforma de poder que ha construido su marca basándose en la demagogia nacionalista, el nepotismo y la corrupción, algo a lo que se debería poner fin enviándolos a una oposición que necesitan tanto como nosotros librarnos de su pésima gestión de gobierno.
La estrategia de CC para adueñarse del poder en Canarias se ha asentado en dos pilares: el sistema electoral más injusto y antidemocrático de Europa, que permite que el tercer partido en número de votos recibidos sea el primero en escaños de la cámara regional, en virtud de primar a los territorios sobre las personas. Y a la actitud sumisa de PSOE y PP que, siendo los principales perjudicados por la situación anteriormente descrita, prefieren tragar a cambio de puestos y echaderos para sus enchufados en la red clientelar creada por los nacionalistas que estrangula la economía insular.