¿Es esto justo y democrático?

Los resultados de las pasadas elecciones al Parlamento de Canarias reflejan una realidad tremenda que no por repetida es menos indignante.

Otra vez, el partido al que más votaron los canarios no es el que tiene más escaños y el que queda tercero en número de sufragios, gana las elecciones como casi siempre porque el sistema electoral insular (quizás el más injusto de la Unión Europea) está orientado a privilegiar a los partidos de la casta, siendo Coalición Canaria el principal de todos ellos.

Para acceder al Parlamento de Canarias, es necesario obtener el 6 % regional de los votos o el 30 % insular, de ahí que la recién creada Agrupación Socialista Gomera, integrada por disidentes del PSOE, haya obtenido 3 diputados regionales con sólo 5.083 (0,56 %) papeletas, mientras que Ciudadanos no alcanzara representación alguna con 53.981 (5,93 %) votos

La ley electoral  se diseñó para primar el poder de los caciques insulares de las llamadas “islas menores”, que no sólo gobiernan en sus demarcaciones sino que condicionan la política regional con su sobredimensionada representación. Por ello, los votos de muchos miles de canarios son tirados a la basura, mientras los de siempre se reparten el poder.

Tras las elecciones de 2007, ganadas por el PSOE con una notable diferencia respecto a las demás fuerzas, aquellos ofrecieron al PP pactar la reforma de la ley electoral para bajar los topes de entrada a la Cámara autonómica (el regional y los insulares). El Presidente de los populares canarios, José Manuel Soria, declinó el ofrecimiento porque estaba negociando un pacto de gobierno con Coalición Canaria y para los nacionalistas eso es intocable. Ahora su partido es el perjudicado por su cortedad de miras, pero apostamos que a él eso poco le importa porque  es de esa clase de políticos que siempre anteponen sus intereses al bien común.