Hay palabras que a pesar de que se dicen muchas veces se entienden mucho menos de lo que se merecen. Libertad sea posiblemente la que se lleve el premio grande de esta categoría.
Numerosos políticos, muchos sindicalistas, demasiados actores, lobbys de poder, los conservadores, los liberales los derechistas progres, los izquierdistas yuppis, la extrema derecha rapada, la extrema izquierda marxista, totalitarios de todos los colores, nosotros mismos, todos hablamos de la Libertad. Todos queremos Libertad y cada cual, sin embargo, tiene en la cabeza una cosa diferente.
Si puede considerarse que libertad es tener derecho a hacer lo que uno quiera pero ninguna posibilidad real de hacerlo, es probable que nunca hayamos disfrutado de mayor libertad. Si libertad es poder, dentro de las posibilidades razonables acceder a las mismas cosas y tener la misma capacidad para decidir que cualquier otro ciudadano, la realidad es que la Libertad de que disfrutamos, hoy en día, no es demasiada.
Creemos que la Libertad no es solo una declaración grandilocuente. No vale en la vida real, la de madrugar para ir al trabajo, la de tener problemas para llegar a final de mes. Esa vida real de los que tienen la fortuna de saber que cada mes tiene un principio y un final y no lo padecen como una mera sucesión atemporal de miseria y desesperación. En esa vida real, la Libertad de verdad, es la igualdad de oportunidades. Y esa Libertad que depara la igualdad de oportunidades, esa, sólo es posible cuando las instituciones que la sociedad se ha dado para regular las relaciones entre personas, se ocupan de establecer un marco legal justo y humanista que lo permita. Libertad tal vez tutelada, pero la única que realmente puede ofrecer a las personas un marco de desarrollo donde, además de la libertad, la dignidad y la integridad estén también garantizadas.
Sin duda la Libertad de pensamiento es imprescindible. Como forma parte de la vida espiritual de todas las personas, podría decirse que se es libre en nuestra sociedad si se es capaz de tomar decisiones sin nuestra televisión como consejera de cabecera. Aplicar a todo un juicio basado en nuestras propias convicciones y en lo que creamos que es lo mejor, con independencia de si es eso coincidente o no con la opinión mayoritaria o simplemente con la mediática o más aún con lo políticamente correcto.
Pero si admitimos que esa Libertad no es en si misma garantía ni de dignidad ni de integridad, tendremos que considerar que aún falta algo más. Que aún no han acabado las luchas de los trabajadores por obtener un marco legal en el que ejercer otro tipo de Libertad. Una Libertad pareja a la Libertad de pensamiento que se centra en la posibilidad de tener ideas políticas, aunque esto no sirva realmente para nada efectivo. Una libertad que podríamos llamar económica que les acercará más a ser verdaderos soberanos de su propia existencia.
El primero de Mayo es ocasión de reivindicación sindical, pero también es un ejercicio de lucha por la libertad necesaria, por la libertad que da pertenecer a una sociedad donde el marco legal del trabajo se base en principios de justicia y de consecución de beneficios para el colectivo. Porque es en ese mundo, en el del trabajo, donde desarrollamos la mayor parte de nuestra vida tantos de nosotros y donde desearían estar tantos otros a los que ahora el liberalismo y la rapiña bancaria han dejado fuera del sistema, más aún que en el mundo etéreo de las ideas puras.
Las iniciativas que siempre defendemos, basadas en una organización justa de la economía, donde los trabajadores sean capaces de saber que su Libertad es la Libertad de los demás y que solo puede haber Libertad si ésta está generalizada y ordenada dentro de un marco legal justo, son un aporte no sólo a la mejora de las condiciones de los trabajadores. También queremos que sea una aportación al debate que creemos necesario en torno a si el liberalismo económico, tan poco propicio a la Libertad económica, es realmente un sistema capaz de poder solucionar los problemas de la crisis actual o de las que sin duda vendrán después que esta se nos haya olvidado.
Ya lo decíamos, el primero de mayo es una cuestión de Libertad.