¿Que opináis sobre los comentarios de Onésimo Redondo sobre la constitución masónica y el judaísmo?
- Preguntas enviadas por H.
Opinamos que están alineados con el sentir general de los católicos respecto a la Constitución de 1931, que interpretaron como una agresión frontal contra su fe y su Iglesia.
Entre los valores del republicanismo siempre ha destacado el laicismo, que propugna la absoluta separación de la Iglesia y del Estado. El laicismo interpreta que la Iglesia invade el ámbito del Estado cuando se atribuye funciones de su exclusiva competencia, particularmente educativas, para revestirlas de un discurso doctrinal. Por su parte, la Iglesia defiende su derecho a actuar y estar presente en todos los ámbitos de la realidad social. Ambas posiciones son maximalistas y están inevitablemente destinadas a entrar en conflicto.
El republicanismo francés, que servía de modelo al español, cuenta entre sus hitos fundamentales el logro de esa separación absoluta entre el ámbito estatal y el religioso. Animados por tal éxito los republicanos españoles se lanzan a un laicismo radical y urgente que despliega medidas extraordinariamente hostiles y agresivas contra los intereses de la Iglesia, tanto espirituales como materiales. Los asesinatos de religiosos y la destrucción del patrimonio artístico son hechos cotidianos en la España del Frente Popular. La confrontación se hace tan aguda que habrá de resolverse en los campos de batalla.
Todo el trasunto acerca del origen “judeo-masónico” de esta polémica nos parece una innecesaria distracción del argumento principal, que es la colisión entre los intereses de la Iglesia y del Estado. Pero no se trata de eludir la cuestión. El espejo en el que se mira la masonería española de los años 1930 es el Gran Oriente de Francia, obediencia masónica de marcado carácter republicano, izquierdista y laicista a diferencia de otras potencias masónicas mucho más tradicionales como la Gran Logia Unida de Inglaterra o la Gran Logia de Francia. De ahí a afirmar la existencia de un plan, conspiración o contubernio masónico contra España hay un gran trecho que no estamos en disposición de recorrer.