¿El islam es una religión peligrosa en España?

Resulta complejo proponer una respuesta sin delimitar previamente qué entiende usted por “peligroso”. En el momento actual podríamos suponer lo siguiente:

Desde una perspectiva sociológica el Islam no representa ningún peligro o amenaza inminente para España, ya que no se percibe un ritmo constante, acelerado ni significativo de conversiones a esa religión. España continúa apegada a los valores occidentales y perfectamente ajena a las propuestas musulmanas.  

Desde una perspectiva legal el Islam sólo representa un peligro para sus propios fieles, especialmente si se trata de mujeres o de niños. En este sentido el Estado debe hacer un esfuerzo especial para garantizar a esas personas los derechos que les otorga el simple hecho de vivir en España en materia de integridad física y moral (maltrato, libertad sexual, educación, etc.) Algunas costumbres bárbaras asociadas a esa religión son delito en nuestro país.

Desde una perspectiva política la inmigración árabe abre en toda Europa la posibilidad de una invasión silenciosa que utilice el sistema democrático para incorporar elementos exógenos a nuestra cultura y ciertamente peligrosos desde la doctrina de los Derechos Humanos. Ignoramos qué clase de prevención han adoptado los países democráticos para conjurar este peligro cierto y cercano o si, por el contrario, forma parte de alguna estrategia secreta que se oculta al grueso de la población.

Desde una perspectiva de seguridad no compartimos el señalamiento de peligrosidad de toda la comunidad islámica por el hecho de que los movimientos radicales hagan uso en ocasiones de las infraestructuras que poseen en España y en Europa. Estamos contra la criminalización de todo el colectivo musulmán. Sin embargo, desgraciadamente, debe ser objeto de vigilancia policial porque el yihadismo sí que supone un peligro real para todos los países occidentales.