Es sabido que los políticos manejan un lenguaje distinto al común de los mortales y que están aleccionados para no salirse del guión. Salvo honrosas excepciones, siempre dicen lo que se espera que digan y, en no pocos casos, con las mismas palabras. Argumentario puro y duro, vertido en discursos y entrevistas.
Sin embargo, los jóvenes cachorros de político, cuando están en la fase de formación, todavía no tienen totalmente dominada esta habilidad, de forma que, en lo que dicen, a veces se asoma lo que realmente piensan. Y, créanme, es para preocupar.
Esto es lo que pasó en una reciente entrevista con Nacho Uriarte, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP en Diario de la Noche de Telemadrid.
Fernando Sánchez Dragó le preguntó si tenía sentido que existieran unas juventudes de los partidos políticos, si no sería más razonable que los jóvenes participasen directamente en la vida del propio partido. Nacho Uriarte dijo que era difícil para los jóvenes encontrar encaje en los partidos políticos y que por eso tenían que existir esas organizaciones juveniles. Lástima que, en lugar de asumir como algo inevitable que los jóvenes tengan difícil encaje en los partidos, no le haya dado por profundizar en los motivos de esa dificultad. El modelo de joven resignado, sumiso, que acepta las limitaciones democráticas y ni siquiera se hace preguntas produce auténtico repelús.
A continuación, Dragó le planteó nada menos que el problema de la educación en nuestro país. Palabras mayores. Pero en sus respuestas, Uriarte –por supuesto echando la culpa al PSOE de todo- hablaba vagamente de un modelo educativo del PP uno de cuyos objetivos más repetidos era ¡¡¡la competitividad!!! Es decir, un planteamiento puramente utilitarista y economicista de la educación, que poco o nada tiene que ver con el problema real que estaba apuntando el entrevistador.
No es de extrañar, con estos postulados, que el sr. Uriarte se saliera por la tangente cuando Dragó le preguntó por qué habían eliminado de la definición estatutaria de Nuevas Generaciones la referencia al humanismo cristiano.
Respecto al problema de la vivienda, Uriarte criticó, con sobrada razón, la mala gestión del actual gobierno del PSOE. Yo sé que Dragó busca hacer entrevistas y no debates con el entrevistado, que procura plantear cuestionarios inteligentes pero no necesariamente incómodos para el invitado, que el tiempo en televisión apremia y a veces impide profundizar... Pero aquí, querido Fernando, creo que deberías haberle repreguntado: el actual problema de la vivienda en España no nació con el PSOE, ¿no cree que el PP debería también hacer alguna autocrítica? Uriarte es muy bien mandado y no se habría atrevido a hacerla, faltaría más, pero la pregunta era totalmente pertinente.
Y, finalmente, una última declaración que me llamó la atención. La Asamblea de Madrid acababa de limitar las alturas en las construcciones de edificios. El PSOE decía que establecer esa limitación con carácter absoluto y general, sin fijar tipologías por zonas, podía encarecer aún más la vivienda en Madrid, al limitar el aprovechamiento urbanístico y ser necesario, a partir de ahora, más suelo para construir las mismas viviendas. Argumento de Nacho Uriarte: yo estoy seguro de que si una magnífica presidenta como es Esperanza Aguirre (fíjense, por lo pronto, en el concepto presidencialista y en el desprecio al parlamento) lo ha hecho así, es que está bien y va a ser beneficioso. Le faltó decir "y punto".
Así que nada, sigue así, chaval. Tienes el mismo pensamiento aberrante de los políticos al uso: el sectarismo de lo que hacen los nuestros siempre está bien sea lo que sea y de lo que hacen los demás siempre está mal sea lo que sea, el convencimiento de que lo importante no son los valores sino la utilidad y la competitividad, y la aceptación de que la clase política es un coto cerrado sin cuestionarlo, para así hacer méritos y poder entrar algún día en el mismo. Sólo te falta una cosa: aprender a disimularlo, que todo esto se te note menos, que lo pienses pero que no lo digas en castellano, sino en esa jerga habitual de los políticos ininteligible para los ciudadanos. En cuanto esto te salga bien –es cuestión de observar y entrenar- lo tienes hecho. El país, con políticos así, no; pero tú sí tienes un prometedor futuro.
Selenio