Lo que está ocurriendo ultimamente en Francia es una muestra más de que el movimiento sindical puede sobrevivir a la apisonadora neoliberal. Coincidiendo con la visita de los "examinadores" de las condiciones olímpicas de la capital francesa (la más seria amenaza, por cierto, para las aspiraciones de Madrid 2012), los sindicatos llenaron las principales avenidas parisinas con sus reivindicaciones. Empleados públicos, estudiantes, trabajadores/as de muchos sectores dijeron "basta ya" a unas políticas que conducen inevitablemente en Francia y en toda Europa al desmantelamiento definitivo del Estado del Bienestar. Especial mención para la defensa de la jornada laboral de 35 horas, que tanto costó conseguir en el país vecino.
Los sindicatos franceses no son como nuestra "entente" UGT/CCOO (tanto monta, monta tanto...). Además de intentar que los convenios colectivos sectoriales no mermen los derechos adquiridos por los trabajadores en materia de contratación y poder adquisitivo (algo que todavía hacen aquí, mejor o peor), mantienen una mirada amplia sobre el acontecer general y los importantes cambios que se avecinan. Los sindicatos mayoritarios franceses no tienen tan claro como los nuestros que la Europa del Tratado Constitucional sea lo mejor para el pueblo trabajador que ellos representan, y lo dicen, y lo sacan a la calle: "No a la Europa del capital y los mercaderes".
Francia da un grito de rebeldia desde sus sindicatos, una llamada de atención para tanto adormecimiento generalizado por la globalización consumista, también en el frente sindical.
Litio