Emilio Botín, máximo responsable del Banco Santander Central Hispano, con una trayectoria que siempre ha hecho honor su apellido, ha anunciado sin rubor que su entidad hará campaña por el "sí a la Constitución Europea.
Lamento no tener una cuenta abierta en el SCH para cerrársela ahora, no sin antes dejarles claro el motivo. Ya sé que no serán muchos, pero confío en que sí haya algún cliente que tenga este mínimo gesto de rechazo. La actitud prepotente de este gigante del mercadeo le saldrá barata, pero me gustaría pensar que al menos no le va a salir completamente gratis.
Hasta ahora sabíamos que la banca era un poder fáctico, que los poderes económicos mandaban realmente sobre la política española e internacional. Pero lo de Botín haciendo campaña, con declaraciones y con carteles en las propias sucursales, utilizando así una red empresarial para avalar una opción política determinada –la del sí al tratado constitucional europeo-, despreciando a aquellos clientes que tengan otra opción distinta –la del no, la del voto en blanco o la de la abstención-, es un paso más allá. Ya ni siquiera van a disimular.
Botín justifica esta insólita decisión en que la pertenencia a Europa ha sido muy favorable para la economía española. Lógicamente, cuando dice esto, no me cabe duda de está pensando, sobre todo, en su propia economía. Pero, aunque así fuera, no deberíamos olvidar que lo que se vota el 20 de febrero es si nos parece bien o mal el texto de un concreto tratado, no se decide en esa consulta la integración de España en la U.E. Sin embargo, el banquero se apunta a la falacia de los voceros oficiales y echa una mano al Gobierno. Me pregunto: ¿gratis? Porque cuesta trabajo creer que en esta operación el SCH no cobre comisión por sus servicios.
Ya puestos a que el Santander entre en política, le voy a dar –y en mi caso sí es gratis- alguna idea más al señor Botín. También es muy beneficioso para la estabilidad económica del país que no haya aventuras secesionistas en España. Estamos de acuerdo, ¿no, sr. Botín? Entonces ¿por qué no se anima y coloca en sus sucursales de Euskadi unos carteles apoyando la vigencia de la Constitución española y el Estatuto de Gernika frente al plan soberanista y excluyente presentado por Ibarretxe y aprobado por Josu Ternera y su banda?... No hay narices. Me imagino cuál sería la explicación: "¡Noooo! Eso sería suicida, perjudicaría al negocio. Sería entrar en política, algo que no corresponde a una entidad empresarial. Sería apostar por una opción política, sin respetar la pluralidad que hay entre los clientes del SCH…. En fin, no merece la pena comentarlo mucho más. Un mínimo sentido de la coherencia es fundamental para andar por esta vida.
Pensándolo bien, tal vez esta situación no sea tan mala del todo. En el fondo, lo que nos ahorramos es una cierta dosis de hipocresía. Quizá sea buena idea que las campañas políticas las hagan los bancos, en lugar de hacerlas los macropartidos a los que ellos financian e indirectamente controlan. Nos ahorramos intermediarios. Si los bancos pasan de ser grupos de presión a ser directamente instrumentos políticos, al menos habrá caído un velo. Nuestra esperanza es que el velo que caiga algún día sea el que cubre los ojos de muchos españolitos de a pie.
Selenio