Por Mendelevio.
La burbuja en la construcción, engordada por el crédito fácil gracias a la negligencia del Banco de España y el BCE, llevó a un modelo de crecimiento económico basado en el ladrillo. Nuestros políticos (PP y PSOE), pisotearon a Keynes con una política de gasto público pro cíclica. Es decir en tiempos de bonanza económica, expandieron el gasto público, forzaron al alza los salarios y los precios, mermaron la competitividad española y cargaron a las administraciones públicas unos gastos de mantenimiento de edificios e infraestructuras, que en época de crisis eran inasumibles. Se dio un mensaje cortoplacista a los jóvenes, que abandonaron los estudios por ganar dinero rápido, qué además no ahorraron. El capitalismo consumista no fomenta la cultura del ahorro de nuestros abuelos.
Con la crisis, las administraciones públicas están atadas y endeudadas. No pueden hacer una política keynesiana anti cíclica, de fomentar el gasto público en épocas de contracción de la demanda agregada. Es más, nuestros políticos vuelven a pisar a Keynes con una política pro cíclica a base de recortes. Los jóvenes que abandonaron los estudios durante la burbuja de la construcción, tienen que reciclarse a marchas forzadas. Y nuestros pueblos deben volver a una economía viable a largo plazo, diversificada, sostenible...
Por ello creemos necesario que la economía española (y mundial), se rehaga sobre nuevas bases. No basada en un capitalismo cortoplacista y un consumismo hueco, sino en la búsqueda del bien común y una moral que auspicie el desarrollo de las personas, sin reducirlas a meros consumidores.