Por Mendelevio
Estamos ante un fin de etapa. Eso es evidente. No sólo en un fin de ciclo. Cuando pasen estas crisis (política, económica y moral) no volveremos al punto de partida, sino a otro distinto. En lo político estamos viendo como se agota el turno pacífico del PP-PSOE, como se agotó el sistema creado por Canovas y Sagasta.
Si seguimos los pasos políticos de Grecia, cosa que ya casi hemos hecho en evolución económica y social, este hundimiento del bipartidismo será claro. De momento parece que no hay un SYRIZA, ya que IU volverá a ser la muleta del PSOE como ha sido desde las elecciones municipales de 1979. Lo más parecido a AMANECER DORADO está en Cataluña, y esperemos que no vaya a más. En un futuro inminente parece que al PP y PSOE les van a segar la hierba bajo los píes el Movimiento Ciudadano y UPyD. Otros, como Foro, parecen que han llegado donde iban y EQUO no acaba de despegar.
La fragmentación del Parlamento obligará a PP-PSOE a pactar un gobierno de coalición. No será un gobierno de UNIDAD NACIONAL para regenerar al País, será un gobierno cipayo de la Troika para aplicar en España sus exigencias, lo que acabará por descomponer a estos partidos. Los nuevos partidos, pese a la buena voluntad de muchos de sus seguidores y votantes, sólo ofrecen sustituir a las élites y maquillar la partidocracia con unos retoques. Allí fracasarán porque es una misión imposible. Ese es el momento donde los falangistas tendremos algo que ofrecer ¿Estaremos preparados?, ¿tendremos estructuras políticas adecuadas?, ¿habremos perfilado nuestro discurso?
Es deseable que, cuando llegue el momento, no ocupen el vacio los racistas ni los comunistas, como en Gracia.