Por Mendelevio.
Este país se ha ido al garete por culpa de unos cuantos sinvergüenzas (políticos y empresarios) y muchos gandules, entre los que nos encontramos usted y yo.
Los políticos sinvergüenzas se han gastado lo que no teníamos por aferrarse al poder o por beneficiar amiguetes. Políticos sinvergüenzas que han arruinado cajas de ahorros, cuyos consejos de administración se repartieron como jubilaciones de oro. Los empresarios mezquinos han deslocalizado empresas para ahorrar costes, aún a costa de llevar la producción a países en los que los que las condiciones laborales rozan la esclavitud.
Gandules, como usted y como yo, que cuando vamos al hipermercado a comprar, sólo miramos el precio y la comodidad. No miramos la procedencia. Compramos patatas congeladas, sin mirar si son españolas o alemanas (las de Mercadona, por cierto). Nos llevamos la leche semidesnatada de marca blanca sin molestarnos en mirar su origen. Si perdiéramos un poco de tiempo leyendo, además de ganar cultura en geografía económica y saber de dónde viene lo comemos, beneficiaríamos a nuestros paisanos.
No caigamos en el chovinismo, el nacionalismo o la xenofobia. La patata española no es mejor que la francesa o la alemana. El agricultor español no es mejor persona que el chino. Beneficiemos al que paga sus impuestos y sus cotizaciones sociales aquí, porque a medio plazo ese revierte en nosotros. No somos los mejores, pero somos lo único que tenemos.
Tampoco se trata de buscar la autarquía, como en los años 40, destilando pizarras bituminosas para no importar petróleo. Evidentemente no hay que preferir lo nacional a cualquier coste, ni cerrarse a la tecnología exterior, a lo Enver Hoxha. Pero a casi igualdad de condiciones, deberíamos preferir lo nacional, aunque nos lleve más tiempo y trabajo hacer la compra.
Podemos aderezar nuestro discurso con unos toques de ecologismo. Podemos decir que comprar los productos cercanos, ahorra los costes del transporte y se contamina menos. Pero lo fundamental es que el agricultor o el fabricante español de juguetes de algo tienen que vivir. Tenemos que quitarnos esa mentalidad, tan mezquinamente nuestra, que cuanto peor le vaya a nuestro vecino, mejor. Si a nuestro vecino le va bien, más se moverá nuestra paralizada economía.
Los liberales, como el ex directivo de Lehman Brothers Luis de Guindos, dirán que esto es una aberración, que el mercado global beneficia a todos.... Por respeto a los castos ojos de algunos lectores no escribo aquí lo que pienso de ellos. Pero lo que está claro que del colapso en que nos hallamos sólo salimos por un aumento de la demanda. La exterior no está para tirara cohetes. Y la interior está hundida. Ya que cada vez consumimos cada vez menos, por lo menos que sea de aquí. Aunque nos cueste 30 céntimos más, tardar más tiempo en elegir el producto o incluso tener que ir a tres supermercados en vez de a uno.