El Juzgado de 1º Instancia nº  5 de Madrid ha condenado al “periodista” Enric Sopena a una pena de 40.000 euros, con los que habrá de indemnizar a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) por un delito de intromisión ilegítima en el derecho al honor por la publicación continuada de una serie de reportajes en los que se contenían, en opinión del órgano juzgador, una relación de falsedades graves y mentiras contra el ex-presidente de dicha asociación,  D. Francisco J. Alcaraz.

Según lo publicado por el neoestalinista Sopena en su digital, que puede ser de todo menos “plural”, la AVT cobra a las viudas y factura a las víctimas, su presidente ingresa unos emolumentos de seis mil euros en concepto de dietas y su esposa tres mil por asesoramiento jurídico lo cual ha resultado ser pura mentira, algo que se suele repetir en las desinformaciones difundidas por dicho libelo que nosotros hemos podido comprobar en nuestras propias carnes cuando nos ha tachado de fascistas, ultraderechistas y otras lindezas propias del lenguaje habitual del comisariado político. Sólo que esta vez lo han pillado y va a tener que pagar.


Que el tal Enric sea un embustero no debe extrañar ya a nadie, pero  nos duele que haya puesto en el punto de mira de su agitación promonclovita a la AVT que representa lo mejor de nuestra sociedad como son las víctimas del terrorismo, cuya lucha por la memoria, la dignidad y la firmeza frente a los asesinos hemos apoyado y apoyaremos siempre desde FALANGE AUTÉNTICA.

Quizás a Sopena no le deje ver su sectarismo y haya arremetido de esa manera contra la AVT porque ese colectivo, en un gesto que les honrará siempre y que contó con el apoyo incondicional de los españoles de bien, se plantó frente al intento del gobierno socialista de pactar con los asesinos de ETA en la pasada legislatura y cualquier crítica a Zapatero activa a la cheka mediática en sus tergiversaciones e insultos.

Es curioso pero Margarita Sáenz Díez, esposa de Sopena y  redactora-jefe del “Periódico de Cataluña”, también fue condenada en junio de 2008 por otro juzgado penal al afirmar, en una tertulia de Televisión Española, que la fundación FAES financiaba al partido Ciutadans de Catalunya, lo que resultó ser otra mentira. Probablemente en esa familia, no sean verdad ni los relatos infantiles que ese matrimonio tan bien avenido cuente a sus nietos por las noches.

 

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