La crítica cuando nos toca cerca se distorsiona, se apasiona y se reblandece o endurece dependiendo de su afinidad o de su disparidad. La falta de ecuanimidad en nuestra sociedad proviene en muchos casos de nuestra falta de formación política.
Uno de los grandes problemas de nuestros políticos es que no quieren discernir entre la forma de gobierno y las acciones de un gobierno. Los neosocialistas y los neoconservadores que se alternan en el gobierno de nuestra Nación confunden los términos como único objetivo de perpetuar su "chiringuito particular, basando el resultado de sus gestiones no en los hechos sino en la manera que accedieron al poder.
Los gobiernos pueden ser legítimos o ilegítimos según sea la forma a la que han llegado al poder. Lenin/Stalin y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas es un ejemplo de gobierno llegado al poder de forma ilegítima y después de una costosísima guerra civil en bajas, odios y generadora de pobreza. Hitler, en cambio, es un ejemplo de gobierno llegado al poder después de ganar unas elecciones democráticas y por lo tanto legítimas.
En ambos casos, han sido los gobiernos más nefastos del siglo XX. ¿Se atrevería alguien a justificar el régimen nazi porque ha nacido de unas elecciones? Espero que ningún sesudo demócrata lo justifique por nacer de las urnas.
En cambio, en España padecemos unos políticos que hacen del sistema de gobierno un fin en sí mismo. El talante y el dialogo con quién interesa es un éxito asegurado de gobierno. No importa lo que se haga aunque sea nefasto, como está hecho por un demócrata es bueno por naturaleza.
Aquí no se distingue entre la legitimidad del gobierno, es decir como accedió al poder, y las acciones que realizó ese gobierno. Se parte de la estupidez de que, como lo han elegido, lo que haga será bueno y si no lo han elegido será malo todo lo que haga.
Así hemos creado sofismas tan increíbles como que Franco y su gobierno de España durante cuarenta años fue nefasto, no por lo que hiciera, que da lo mismo, sino porque no era democrático y por lo tanto ilegítimo; en cambio, todo lo que hace Zapatero es bueno por naturaleza porque ha sido elegido por las urnas.
Empecemos a distinguir los conceptos bueno y malo, del concepto legítimo e ilegitimo y veremos cómo las comparaciones en muchos casos son odiosas…
Californio