El reciente triunfo del candidato del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América, ha generado una ola de esperanza entre quienes ven en el programa político de Barack Obama una alternativa al orden imperante hasta ahora en su país y que ha llevado a éste a empantanarse en dos guerras de dudosa legitimidad y eficacia al otro lado del mundo, con graves violaciones del estado de derecho y de los derechos humanos fundamentales cuyo ejemplo más gráfico es la conversión de la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba) en un campo de concentración para presuntos terroristas yihadistas, sin haber sido éstos juzgados y carentes de cualquier garantía jurídica y procesal propias de una nación civilizada.
Pero donde también se ha resentido el pueblo norteamericano ha sido en la pésima situación económica que heredará Obama de su antecesor que ha supuesto una grave crisis económica y financiera hasta el punto de que el país que presumía tener el sistema más liberal, donde el mercado era quien regulaba la economía, ha tendido que ver como el gobierno federal acudía al rescate de los principales bancos y compañías hipotecarias con dinero público. Esto es, los teóricos del liberalismo económico en estado puro han tenido que emplear los recursos públicos detraídos de los impuestos ingresados mayoritariamente por las clases medias, para cubrir los socavones generados por las grandes corporaciones financieras con sus malas prácticas.
Tiempo habrá para analizar si el hasta ahora senador por Illinois será el adalid de las clases humildes y medias trabajadoras y si podrá levantar un necesario estado social que permita a sus compatriotas más débiles unos mínimos vitales de dignidad. O, por el contrario, se quedará en una expectativa más incumplida, fruto del marketing político y alejado de la consistencia de liderazgo que su país necesita.
Lo que nos llama la atención es el esfuerzo que desde el gobierno del PSOE y sus terminales mediáticas se hace para equiparar a Barack Obama con Rodríguez Zapatero, quizás con la intención de apuntarse el tanto en España de la victoria de aquel en otra maniobra de manipulación como las que nos tienen acostumbrados.
¿Es Obama como ZP? Pronto lo veremos si al igual que éste hizo con ETA se sienta a negociar con Al-Qaeda , si permite que en algunos estados de la Unión miles de familias se vean imposibilitadas de escolarizar a sus hijos en el idioma oficial del país, si consiente que minorías separatistas intenten romper la unidad nacional con el apoyo institucional o si decide abrir las viejas heridas de la comunidad negra ocasionadas por tantos años de políticas segregacionistas y encarga a un juez federal exhumar las tumbas de los caídos en la guerra civil Norte-Sur y pedir los certificados de defunción de Jefferson Davis y el General Lee, en vez de ponerse a trabajar para resolver a su gente los principales problemas que les acucian. Veremos entonces si Obama es igual a Zapatero…
Cobalto