Con la pregunta ¿Cómo financiar el Desarrollo Internacional?, por título, se ha desarrollado en Madrid un seminario internacional para debatir nuevas propuestas de financiación del desarrollo. Entre los ponentes de este seminario, organizado por la Coordinadora española de ONG para el Desarrollo, destacan Jacques Cossart, inspector fiscal, miembro del consejo científico de ATTAC Francia, e integrante del equipo redactor del Informe Landau sobre Nuevas Contribuciones Financieras Internacionales; así como representantes de los gobiernos de Francia, Brasil, España y miembros de de destacadas organizaciones no gubernamentales.
Este debate surge en un momento en que Francia ha aprobado la medida de establecer un impuesto en los pasajes aéreos locales para financiar programas de salud en África y a las puertas de la conferencia de París sobre Mecanismos Innovadores de Financiación al Desarrollo organizada por el presidente francés y en la que participarán ministros de otros ochenta países, representantes de organizaciones internacionales y de la sociedad civil.
Desde que la ONU, a principios de la década de los 70, del siglo pasado, recomendase a los países ricos destinar el 0,7% de sus presupuestos para ayuda al desarrollo muchas son las iniciativas que se han emprendido con el objetivo de erradicar la pobreza. Así surgen iniciativas como la tasa Tobin, las propuestas de condonación de la injusta deuda externa o más recientemente estudios como el de Jeffrey Sachs, "El fin de la pobreza (al que dedicaremos un amplio comentario en ésta web). Pasos e iniciativas que desde Falange Auténtica apoyamos y alentamos, pues entendemos que toda acción encaminada a construir un mundo más justo y solidario es digna de ser secundada si no queremos ver cómo la humanidad se destruye a sí misma.
Seminarios como el celebrado en Madrid son necesarios. Porque necesario es denunciar las injusticias que recoge el reciente Informe sobre Desarrollo Humano publicado por la ONU. En él se afirma que los 500 individuos más ricos del mundo tienen ingresos mayores que los 416 millones de personas más pobres, que 2.000 millones de personas viven con menos de dos dólares al día mientras que en el mundo se gastan diez veces más en armamento que en ayuda humanitaria. Eso por no decir que con lo que Estados Unidos gasta en cosméticos tendríamos para garantizar la enseñanza básica a toda la humanidad, o que con el gasto de helados en Europa sobraría dinero para garantizar agua potable y saneamiento para todo el mundo, por poner algunos ejemplos.
Situaciones como las descritas no pueden permitirse por más tiempo y exigen una respuesta solidaria por parte de la comunidad internacional. El hambre es un problema político, el hambre tiene solución porque existen medios para alimentar al doble de la población mundial. Es fruto de un sistema político injusto. Exigen una respuesta solidaria de todos nosotros una respuesta que no va a gustar muchos políticos pero que es necesaria y urgente.