Si el buen criterio no acaba imponiéndose, cosa que en la maltrecha España actual es harto difícil, la mayoría socialista-comunista-independentista imperante en Las Cortes Españolas aprobará el nuevo estatuto catalán, aunque maquillando el texto remitido por el parlamento regional del Principado.
Culminará así un proyecto tanto tiempo anhelado por los irredentos nacionalistas catalanes, primero CiU y ahora ERC, pero que se había pospuesto hasta encontrar las condiciones idóneas, que parecen darse ahora. En efecto, desde la transición política y el advenimiento del estado de las autonomías, los grupos separatistas, unos con piel de lobo y otros de cordero, no han cejado en su empeño de dar pasos seguros dirigidos a la ruptura de la Unidad Nacional y a la quiebra de la solidaridad entre los españoles. La diferencia es que ahora, en un hecho sin precedentes en nuestra reciente historia, gozan para tal felonía del apoyo del Presidente del Gobierno de la Nación y de su partido, que precisamente habrían de ser los que con más ahínco defendiesen la Unidad de España.
El proyecto de nuevo estatuto catalán considera a Cataluña como nación, ignorando que aquella forma parte de la Nación Española y, de ser aprobado, viene a imponer una reforma encubierta de la Carta Magna o Ley Fundamental de España, como es la vigente Constitución, sin el concurso del único sujeto soberano para hacerlo, esto es del Pueblo Español como titular exclusivo de la Soberanía Nacional. Todo ello con el apoyo de unas oligarquías caciquiles, políticas y empresariales, asentadas en ambas riberas del Ebro, que dan así una nueva patada a la Democracia que dicen defender.
Pero eso no es todo, los promotores del nuevo estatuto rompen con el compromiso de contribuir al bienestar común de todos los españoles, presumiendo en un claro sesgo de insolidaridad de ser la región más rica (cosa que además ya no es cierto) y de lo bien que estarían si no tuviesen que ayudar a las menos desarrolladas, algo que es difícil de explicar sin conocer el radical liberalismo económico que les informa, pese a proceder muchos de ellos de la izquierda. En un paso más hacia la esquizofrenia colectiva a que este proceso nos conduce, llegan incluso a hacer valer supuestos derechos históricos medievales que según ellos poseen "como pueblo, incentivando así que otros colectivos como nobleza o clero puedan reclamar también los suyos con la misma argumentación, lo que daría lugar a situaciones impensables a estas alturas de la Historia.
FALANGE AUTÉNTICA quiere denunciar públicamente a que situación de deterioro convivencial nos ha llevado la inútil casta política que nos desgobierna, que es incapaz de defender la unidad de España y la igualdad entre todos los españoles, que por egoísmo y conveniencia propia no sea capaz de frenar el que se pongan en juego elementos esenciales para nuestro futuro y convivencia como la continuidad de España como Nación, el derecho de todos los ciudadanos a las mismas oportunidades o el que gocemos de una democracia real sin corruptelas.
Nuestro proyecto desde siempre ha sido y será el de una España plural,abierta al progreso y orgullosa de su historia y tradiciones, donde podamos construir un mañana para nuestros hijos garantizándoles la justicia, la igualdad de oportunidades y la democracia como elementos esenciales para forjar un futuro de dignidad para España y de bienestar para los españoles.