Éste era el lema que frente a la Academia de Suboficiales del Ejercito estaba escrito, formándose la inscripción con grandes piedras pintadas de cal en un promontorio de la sierra de Santa Engracia, en Tremp, Lérida, Cataluña, España.
Alumnos de la escuela, siguiendo ordenes superiores, procedieron a retirarlo el pasado lunes 20 de diciembre. Las instrucciones venían directamente del Ministro de Defensa Sr. Bono, impartidas como consecuencia de presiones políticas, entre otras del líder de Unió Democrà tica de Catalunya, D. Josep Antoni Duran i Lleida, que al respecto decía que la inscripción era vergonzosa.
No es de extrañar que, de acuerdo al mismo argumento, y aprovechando la debilidad política del PSOE, presionen ahora para que se retire de las Casas Cuartel de la Guardia Civil el lema de Todo por la Patria. Como mínimo de los cuarteles de Cataluña.
El martes 21 de diciembre por la noche el Sr. Bono manifestó en televisión su patriotismo, haciéndolo, debemos pensar, por "pura coherencia con la decisión anterior de quitar el lema de la Academia de Suboficiales, que por otra parte basan en el Ministerio de Defensa en un supuesto ajuste medioambiental. No solo son pobres de espíritu sino también de inteligencia.
El patriotismo no existe en función de un lema u otro, pero sí parece obvio que los lemas, emblemas, símbolos, etc. lo contemplan, lo resumen y lo representan. Son señales, signos y formalismos con el contenido de determinados sentimientos. No es bueno exagerarlos, entre otras cosas porque no se es más o menos patriota por los mismos, pero tampoco hay que quitarlos. Ahí están, siendo parte de nuestra historia, nuestro acervo y nuestra vida. Borrándolos se está atacando el sentimiento español que conllevan.
Sin embargo, los nacionalismos sí que exageran sus símbolos, haciéndolo de tal manera que los suyos son los buenos y los de los demás los malos y, por lo tanto, hay que quitarlos. Ésta es parte de su idea de democracia. Además, acuden a antiguallas a la hora de justificar sus posiciones, haciéndolo mediante la estúpida acusación de que cualquier símbolo español es franquista. Convierten al franquismo en una especie de saco roto donde cabe todo, excepto, por lo que se ve, el respeto. Como si España solo existiese durante la época de Franco, y hubiese sido anteriormente una entelequia. Y como si Cataluña fuese una nación independiente.
Cataluña es España, y su lengua es una lengua española, y su bandera, históricamente, la primera de las nuestras, la de la "Marca Hispánica. Hechos éstos, ignorados interesadamente por el nacionalismo catalán.
En el nombre de España, hagámoslos nuestros, luchemos por ello. No caigamos en el error de los separadores, que al atacar lo catalán hacen el juego a los nacionalistas, sin darse cuenta que lo catalán por el hecho de serlo es español. Así de simple. No les dejemos ni el nombre, ni la lengua, ni la bandera. Defendamos su españolidad sobre el profundo respeto a sus sentimientos.