Hoy España está huérfana de un movimiento social, humanista y patriótico. El socialismo está dividido en pugnas internas que parecen insalvables. La derecha representa la mediocridad y el conformismo con un mundo injusto de ricos y pobres.
Hace falta un movimiento que reivindique la centralidad de lo público en las relaciones económicas, las formas de propiedad humana, en forma de empresa municipal, familiar o sindical. Hace falta un movimiento que proponga formas de vida más proclives a la felicidad humana. En esta sociedad opulenta sabemos muy bien como amueblar nuestro ocio, pero estamos vacíos, porque no tenemos muy claro como comprometer nuestra vida. Somos espectadores de un mundo imperfecto y nos regodeamos en su imperfección, sin dar el paso decisivo en pos de la consecución de un mundo mejor.
Y para eso hay que volver a dotar de contenido los pequeños entornos de vida en común donde las castañas siguen oliendo en el brasero. Hay que ser conscientes de que la injusticia sigue ahí, mientras un solo ser humano no disfrute de una vida digna.
Hace falta un movimiento que se tome muy en serio la democracia. Tenemos un sistema de participación política, consagrado en la Constitución de 1978. Ahora hay que ir más allá. Necesitamos una democracia social y económica, con la elevación de los intereses profesionales y territoriales a los más altos órganos representativos, con la participación comprometida de las personas en las decisiones económicas nacionales. Pedimos y queremos organismos al más alto nivel donde los municipios y las regiones; los sindicatos y las asociaciones participen tengan voz y voto. Exigimos que nuestra democracia política llegue a su plenitud con una vigorosa democracia social. Queremos ensanchar la democracia. El pueblo debe elegir directamente las más altas magistraturas del Estado. Hace falta que la sociedad así organizada marque el rumbo de España, proyecto para la vida en común de gentes y tierras varias y libres. Ese es nuestro patriotismo, integrador y solidario.
Hace falta que la persona sea el sistema. Hace falta Falange Auténtica, el Nacionalsindicalismo para la democracia.
Ni podemos ni queremos estar solos en este esfuerzo y te invitamos a ti, uno de nosotros, uno de los muchos que están al otro lado, esperando a que nos acompañes en la creación de este movimiento. Para andar un camino que nos guste a todos, empezando por dar pasos hacia metas alcanzables, para conquistar al final del camino un mundo del que sentirnos orgullosos.
Queremos tu colaboración en estas elecciones generales, queremos que compartas con nosotros la responsabilidad de no seguir callados ante un paisaje tan estéril como el que nos ofrecen las opciones políticas mayoritarias. Acércate a nosotros.