Por Francisco José
Recientemente científicos españoles han conseguido la reproducción en cautividad del lince ibérico. Todo un éxito para estos científicos y para todos nosotros, y la demostración de los fracasos de los gobiernos que han pasado por los despachos nacionales y regionales, pues sus desacuerdos y luchas han impedido que esto se consiguiese mucho antes. Quedan aproximadamente un centenar de ejemplares con capacidad para reproducirse, sólo disponen de dos ecosistemas en los que poder sobrevivir, es el felino mas amenazado del planeta, su principal alimento (el conejo) esta en claro retroceso… Todo esto y más no parece ser suficiente para dar el verdadero impulso que se necesita. Un animal que sólo existe en España, y de cuya supervivencia somos responsables; en nosotros esta depositada su única esperanza, ¿seremos capaces de responder?
No solo se trata de reproducir animales, sino de conseguir lugares donde puedan vivir. Pocos días antes del nacimiento de estos tres pequeños linces, había sido atropellado un lince adulto en una carretera que cruza y divide el pequeño hábitat que le queda en la península. De un plumazo desaparece el uno por ciento de posibilidades de salvar toda una especie.
Se necesita una profunda reflexión sobre lo que está pasando, de por qué hemos pasado de ser reserva natural de Europa a ser uno de los peores países en conservación de su patrimonio ambiental. Quiero un gobierno que deje de dar vueltas sobre estatuas, que deje a cada cual con su credo, y que se dedique a aquello que no puede esperar. España se muere, nuestra flora y fauna dan sus ultimas bocanadas, aumentamos la contaminación, incumplimos acuerdos de Kyoto (no vale comprar las cuotas de contaminación a países pobres, ése no era el espíritu ni la solución). No quiero un gobierno que compra madera ilegal, de bosques primitivos. Me da igual que sea el PP o el PSOE, ninguno se sustrae al poder del capital, al ladrillo salvaje que ocupa todo suelo que huela a euros, carreteras que acaban con ecosistemas para llevarnos a templos de consumismo para que nos gastemos el dinero que no tenemos, y así tener que trabajar sin protestar (sin huelgas), porque un solo día sin trabajar es una deuda más. Buenos métodos para perpetuar situaciones de desigualdad, explotación y precariedad, y matar conciencias.
Nuestro lince ibérico necesita ejemplares pero aún mas se necesita un lugar donde vivir, comer, a salvo de cazadores y cepos (medidas penales y civiles contundentes). Dedicarles autenticas reservas a salvo de excursionistas, rocieros y cazadores, recuperar sus espacios en Extremadura y Castilla, evitar hacer más y más carreteras a cualquier precio (el que tiene tiempo para ir de vacaciones también lo tiene para darse un rodeo, o puede usar transportes alternativos). Nuestro lince necesita científicos entregados, con medios y bien pagados. Nuestro lince necesita que España sea una, que los gobiernos nacionales y las regiones no se peguen con las banderas en la cabeza. Nuestro lince necesita una política nacional y no la descoordinación de competencias territoriales, hay que acabar con las fronteras artificiales que algunos levantan para separar a los españoles, porque los linces no entienden de regiones, porque son españoles… y hemos de acudir en su ayuda.
Nuestro lince ibérico nos necesita, necesita a España en verde y azul, necesita nuestra atención.