La situación por la que atraviesa el Sector primario español no es buena. Aquellos compatriotas que nos procuran alimentos seguros y de calidad deberían ser considerados como un sector estratégico por los gobernantes de nuestro país, habida cuenta que, en una situación de crisis generalizada como la que estamos sufriendo, tener garantizado que los españoles puedan comer no es algo baladí.

 

Lejos de ese reconocimiento, nuestros agricultores, ganaderos y pescadores, cada vez tienen más inconvenientes para ejercer su profesión y que esta sea rentable. Aumento de la presión fiscal, de los precios del combustible y la electricidad, de los insumos, una normativa “verde” más motivada por prejuicios políticos que por el interés real de proteger el medio ambiente y el entorno natural, van arrinconando a las gentes del campo y de la mar, cuya media de edad aumenta de manera preocupante porque la juventud que debería darles el relevo, prefiere formarse y dedicarse a otros sectores con menos incertidumbre profesional. Incluso leyes aparentemente beneficiosas como la de cadena alimentaria, que garantiza que lo que se produce no puede ser vendido por debajo del precio de producción para proporcionar un beneficio mínimo a los productores, incurre en el error de no dar un tratamiento equitativo a los alimentos que proceden del exterior compitiendo con los nuestros en los mismos mercados, y que proceden de países cuyos costes de producción son mucho menores, fomentándose así la competencia desleal.

 

 

Las últimas declaraciones del Ministro de Consumo a un medio de prensa extranjero, en las que muestra su desconocimiento al meter en el mismo saco a todos los ganaderos que practican la ganadería intensiva junto a las macro granjas contaminantes, que realizan esa actividad porque el Gobierno al que pertenece el autor de las declaraciones no se lo impide, son un ejemplo de que el Sector primario es secundario en la agenda política de quienes nos gobiernan que, más allá  del postureo, no se esfuerzan por conocer y dar el tratamiento que merecen aquellos a quienes nosotros consideramos como esenciales para la economía española. Ese postureo del que hablamos se manifiesta también entre los partidos de la oposición, para quienes el interés por el Sector primario no va mucho más allá de los posados en las granjas junto al ganado, como forma de aprovechar y afear las desafortunadas declaraciones del Ministro de Consumo pero que tampoco demuestran querer cambiar las cosas.

Para Falange Auténtica, el Sector primario español es estratégico y esencial, porque defendemos la soberanía alimentaria de España y los beneficios, tanto del consumo como de las exportaciones, para la economía de nuestro país. Por eso, creemos que ha de ponerse en valor, aquí y en el resto de Europa, los alimentos de España, así como fomentar políticas activas para el progreso agrícola, pesquero y ganadero. Y eso implica acciones integrales de apoyo, en España y en la Unión Europea: formación, investigación, innovación, fiscalidad, promoción del cooperativismo, sostenibilidad y respeto al medio ambiente, y fomento del consumo de proximidad y kilómetro cero.

 

 

Todo eso, junto a la promoción de los usos complementarios con las actividades agrícolas, tales como el turismo rural, el fomento de la gastronomía o la puesta en valor del acervo cultural e histórico y las tradiciones de nuestras comarcas rurales, permitirían que en esas partes de España se frenara su preocupante despoblación y progresasen, constituyendo además auténticas políticas patriotas porque fortalecen nuestra Soberanía nacional.

 

Junta Política Nacional de Falange Auténtica