Además de los resultados de las recientes elecciones, merece nuestra atención el pacto exprés entre PSOE y Podemos para intentar conformar Gobierno. Si tan fácil les ha sido ponerse de acuerdo ahora, ¿por qué no lo hicieron hace seis meses, cuando también les daban los números y así le hubiesen ahorrado al país el parón en el gobierno y el gasto inútil de una nueva convocatoria electoral?
Si nuestra capacidad de sorpresa ante los desmanes de los políticos que mal gobiernan nuestro país no tuviera límites, no saldríamos de nuestro asombro al comprobar la brevedad en llegar a un acuerdo entre dos fuerzas y dos líderes que hasta hace unos días se estaban tirando los trastos a la cabeza, lo cual deja aún más en entredicho la ya mermada credibilidad de ambos, especialmente del Presidente en funciones Pedro Sánchez, cuya habilidad para aferrarse al Poder, a costa de lo que sea, incluso poniendo en peligro la unidad de España y la soberanía nacional, es titánica.
A nosotros no nos asusta un gobierno de izquierdas que respetase la pluralidad que hay en la sociedad española, que implementase políticas sociales para conseguir un país más justo, que garantizase el derecho de los ciudadanos a una educación pública, gratuita y de calidad, que promoviese una política inteligente de vivienda para que ninguna familia española careciese de una, que estableciese un marco laboral justo o que crease una banca pública sobre la base de las entidades que fueron rescatadas por el esfuerzo fiscal de los contribuyentes españoles, con el fin de socializar el crédito y con una gestión estricta, transparente y profesional.
A los falangistas no nos asustan esas políticas, etiquetadas como de izquierdas, que hemos reclamado siempre. Pero no creemos que el tándem Sánchez-Iglesias esté por esa labor porque ya los conocemos de sobra y sabemos que, con el reclamo de ese tipo de acciones atractivas ya demandadas por los españoles, pactarán con los separatistas, cuyo apoyo no será gratis, para llegar a La Moncloa, aplicarán políticas de exclusión sobre aquellos sectores políticos y sociales, que no están con ellos, enchufarán a todos los enchufables sin tener en cuenta sus capacidades personales sino su adhesión ideológica y personal, y usarán la caja común para financiar estrategias demagógicas que les perpetúen en el poder, no dudando en sablear a los contribuyentes españoles para mantenerla llena.
No queremos ser agoreros pero los conocemos, vaya si los conocemos.
Ejecutiva Nacional de Falange Auténtica