En unos días se celebrará el Tercer Congreso Nacional de Falange Auténtica. Dirán muchos que no es nada más que el esfuerzo inútil de una pandilla de idealistas, tocados para colmo, con ideas que parecen estar muy fuera de lugar para estos años.

Desde nuestro punto de vista, el de esa panda de idealistas, los planteamientos que realizamos no pierden validez por no ser abrazados por mayorías políticas o sociales.

El ejercicio de libertad que realizamos al tomarnos la molestia de tener opinión, es algo que una sociedad, anestesiada como la nuestra, debiera agradecer.

Pero es que además, el hecho de no formar parte de las mayorías dominantes no puede servir tampoco para desmerecer nuestras opiniones, máxime cuando son las ideas y planteamientos de la mayoría dominante las que nos han hundido en la actual crisis.


El caso es que nuestro Congreso es un medio para intentar conseguir unos fines. Intentamos fortalecer una herramienta. Damos un primer paso en una lucha lenta pero justa, porque somos partidarios de profundos cambios en nuestra sociedad y en la manera de hacer política:

Creemos en una democracia diferente de la que nos ofrecen nuestros políticos. Una democracia donde el pueblo participe en la toma de decisiones. Que cuente para decidir como solucionar problemas y no se limite a la mera contemplación del bochornoso espectáculo de los políticos destripándose unos a los otros, sin solucionar nada. Ya lo sabemos, somos unos románticos.

Creemos que la democracia debe extenderse hasta la economía y que la democratización de la economía significa que el trabajador debe acceder de forma efectiva a la propiedad de los medios de producción. Ya lo sabemos, somos unos utópicos.

Creemos en un sistema de crédito basado en las necesidades de las personas y no exclusivamente en criterios de rentabilidad para los accionistas del banco. Los fines sociales son para nosotros prioritarios frente e la rentabilidad del negocio bancario. Ya lo sabemos, somos unos ilusos.

Creemos en las personas más que en las naciones y por eso somos patriotas, porque el patriotismo, el proyecto de vida en común, es cuestión de personas, y el nacionalismo es cuestión de sangre, banderas y colores de la piel. Ya lo sabemos, somos unos ciegos.

Creemos además que el camino se hace dando pasos pequeños y que si nos calláramos ahora, teniendo ideas y propuestas que ofrecer para mejorar el futuro de nuestra gente, alguien con muy buen criterio podría venir a reclamárnoslo dentro de algún tiempo. Ya lo sabemos, somos unos exagerados.

Creemos por ultimo, que somos muchos los que creemos en la necesidad de cambiar sin matarnos los unos a los otros, y creemos que somos muchos los que finalmente tomaremos partido por la razón, por la unidad, por la libertad, por el respeto y el amor a nuestros prójimos y decidamos cambiar este mundo tanto, tanto, que no lo conocerá ni la madre que lo parió. Ya lo sabemos, somos unos radicales.

¿Tu que opinas? ¿Nos consideras románticos, utópicos, ciegos, exagerados y radicales o por el contrario eres uno de los que también se levanta por la mañana con ganas de hacer algo por los demás? Si eres de estos últimos, te esperamos en la Auténtica.

Nos vemos en el Congreso.


Enrique Antigüedad

Secretario General de Falange Auténtica