Por Alonso Goya
Punto 1 del Artículo 56 de la Constitución Española " El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
Punto 1 del Artículo 61 de la Constitución Española "El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
Éstos son dos de los preceptos que, obligatoriamente, debe cumplir el Rey de España y, obviamente, la Institución que él representa y éstos son los preceptos que incumple y lleva incumpliendo desde su coronación. Preceptos, éstos, que cobran, si cabe, su grado casi más álgido – digo casi porque todavía, me temo, no hemos visto ni vivido lo peor que, por desgracia, está por llegar – desde que este despropósito comenzó a gestarse.
Sólo por estos motivos, la monarquía impuesta por el dictador Franco cuando lo dejó todo atado y bien atado, debería dejar de existir en nuestra patria. Pero éste no es el único motivo; hay más.
La Casa Real Española se ha cubierto de gloria en diferentes momentos de su desastrosa regencia. Una Familia Real totalmente ajena a los problemas de su pueblo y con una forma de vida completamente diferente a la de los ciudadanos que dicen representar; una Institución salpicada por continuos escándalos dignos de la prensa rosa, hábilmente difuminados, precisamente, por los medios de comunicación; con una dejación de funciones absoluta, con un presupuesto desproporcionado y un gusto por el despilfarro totalmente irrespetuoso; mostrando una actitud pasiva ante situaciones que requerían mayor compromiso con la justicia y el sentido común; con una participación cuanto menos rara la noche del 23-F; con un olvido permanentemente, hasta el límite del desprecio, hacia nuestras queridas ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; con un comportamiento sumiso ante los regentes y gobernantes de nuestros "no muy amables vecinos Marruecos y Francia; presumiendo de un amiguismo inaudito con los representantes de un país como Gran Bretaña que recordemos mantiene una invasión sobre parte de nuestro territorio nacional; y así podríamos seguir con un largo etcétera.
Pero la gota que colma el vaso de la paciencia y de la prudencia son los elogios que se ha atrevido a lanzar en París refiriéndose a la lucha que "desde siempre, se supone, ha librado Francia, codo con codo con España, en la lucha contra el terrorismo etarra ¿Pero será posible semejante desfachatez o es que ya no nos acordamos de los tiempos en que ese país era el Santuario de los terroristas? Debe ser un problema de riego sanguíneo...supongo.
Y ya el remate de este espectáculo es cuando nos enteramos que la Casa Real no desmiente que hayan presionado al líder del Partido Popular para que pacte y se amigue con el Presidente del Gobierno para llegar a un acuerdo en toda esta historia de estatutos, altos el fuego, paces y vergüenzas nacionales.
Por todo esto les digo que ya está bien de reírse del pueblo español y de chupar del bote. No puede consentirse ni un minuto más esta pantomima, esta desvergüenza y esta traición. Y como ellos solitos no se van a ir, al menos – como primera medida - habrá que pedírselo: QUE SE VAYAN, QUE SE VAYAN YA.
Y todavía hay personas que lo perdonan todo porque "es que son tan campechanos.... Pues como son tan campechanos, que, por ejemplo, empiecen por comprarse un despertador, continúen por ganarse el sueldo honradamente, devuelvan sus magníficos miles de metros cuadrados de terreno (por cierto, usurpados a uno de los pulmones verdes que quedan en Madrid) para construir viviendas de protección oficial y se apunten en la lista para ver si les toca una, y que se enteren de que el metro, dependiendo de hacia dónde te dirijas, se coge en un andén o en otro.
Y una aclaración para estas personas que, con la mejor de las intenciones pero abducidos por la mayor de las manipulaciones, piensan que todo es perdonable "porque son tan campechanos...; que cobren conciencia de que campechano, en la novena acepción dictada por la RAE, también significa:
9. f. Méx. Bebida compuesta de diferentes licores mezclados.
Lo dicho, que se vayan.