Llega Mayo, y lo primero que nos encontramos es la Fiesta del Trabajo, que desde que existe la conciencia obrera ha sido el día de la reivindicación sindical. Salen los sindicatos a las calles urbanas con sus mejores galas, charangas y banderas coloradas. Ahora ya no se oyen consignas revolucionarias, pero se habla de empleo estable y de calidad.

En España los dos sindicatos más poderosos aglutinan un porcentaje alto de la movilización social, y surge la pregunta: ¿por qué no crear un gran sindicato con la fusión de las dos centrales?. Cándido Méndez y José María Fidalgo son dos caras de la misma moneda: el sindicalismo de clase que pretende adaptarse a los tiempos modernos.

 

 

Sin embargo, nuestros sindicatos, nutridos de viejos luchadores de la izquierda, y de jóvenes empleados que buscan algún cobijo ante la intemperie reinante, no conectan con la mayoría de la población, no ilusionan. Atrapados en una retórica marxista, con la que no se identifican muchos potenciales sindicalistas, que envuelve, sin embargo, una complacencia real y efectiva con este capitalismo postmoderno del que siempre se va a remolque.

El yen, el dólar, y el euro son las tres "verdades" inmutables de la actualidad, las que marcan el ritmo de la globalización con la fiereza de un capataz de galeras. Esta nueva realidad exige sus victimas. Son los ejércitos de asalariados en precario, becarios de por vida, prejubilados a los cincuenta: el mundo del trabajo denigrado y devaluado. Frente a este panorama, los sindicatos no se pueden limitar a exigir un punto más o menos de subida salarial. Tienen que articular un discurso total que sirva de alternativa.<p>

Mucho trabajo costó que los poderosos tomaran en serio aquel movimiento sindical inicial, esos sindicatos de oficios en el Reino Unido que parieron al Partido Laborista. Esos sindicatos pedían justicia en lugar de caridad. Hoy el movimiento sindical tiene que volver a sus propias fuentes y recuperar un discurso genuino, no ideologizado, en busca de una economía a la medida del ser humano.