Ivanhoe

Ignorar lo que es de ley y lo que no lo es. Intentar pasar inadvertidos entre la peor caterva de chusma almidonada, anegada por la bravuconería más primitiva y cegada por el sol que brillantemente sabe esconderse para no herir nuestros ancestrales cánticos.

Buscar que nuestro camino nunca cruce las lindes de los verdugos de nuestras ideas más insondables y más arraigadas en nuestra dramática vida como seguidores del Ausente mas por su fusilamiento intelectual y político que por el propiamente físico.

Rehuir como estrategia la confrontación con quienes Lefebvrerizan las más nobles y juiciosas de nuestras ideas por ver si el propio Dios les ilumina y les abduce hasta el siglo XXI.

Sentir la responsabilidad de crear estado en lugar de patria porque es más fácil crear un estado cibernético de opinión que una patria física y desde el desdén de su propia falta de argumentos para vivir escondidos e ignorados por todos nosotros.

Intentar competir con quienes nos ganan en situación, estrategia, dominio del campo y hasta cantidad y en casos calidad sin recibir más comprensión que la de nuestra más cercana vida familiarmente política.

Moriremos de pie y resucitaremos de rodillas aunque casi es peor seguir viviendo como quien no quiere morir de rodillas mientras le matan de pie por vivir de rodillas.

Nadie quiere a nadie. Todos somos los herederos de la herencia más etérea y más fácil de dilapidar que se ha tenido a mano desde que lo añil es símbolo de desgracia y no de gracia por lo menos política.

Quién recogerá la bandera y dará a nuestros refractarios el entierro que merecen y nos quitará la losa del modo absurdo de despecho asimétrico hacia los colores del fuego y del cielo.

Quienes no entiendan, mejor: no son de los nuestros, ni falta que hace…