Por Mendelevio.
En un libro aparecido recientemente se espeta en un pie de foto que nuestra FA no tiene nada que ver con la Falange Española de las JONS (auténtica) de la Transición, a lo que añado yo afortunadamente. Entre la FA del siglo XXI y la de Fe de las JONS (autentica) de los 70 hay la misma distancia temporal, estética y doctrinal que entre esta última y la Falange fundacional. El interés de estas tres falanges es que son fruto de su tiempo, defendiendo principios permanentes en contextos cambiantes. Si en los años 70 los camaradas vieron claro que no tenían sentido formas y mensajes de los años 30, y desbrozaron al falangismo de toda broza fascista heredada de la época fundacional y los añadidos fascistoides adheridos durante el franquismo, en el siglo XXI nos movemos en otro contexto. Ya no está saliendo España de una dictadura centralista de partido único, sino que está en un pozo cavado por los separatismos y nacionalismos locales que no sólo han quebrado la solidaridad e igualdad en derecho de los españoles, estando incluso gravemente en peligro la existencia de España como Estado.
Ya hemos superado complejos, como demostrar que somos más de izquierdas que los que detentan las franquicias de izquierda en España, entre otras cosas porque la izquierda oficial se ha diluido en una serie de movimientos que buscan enfrentar a la sociedad según su género, su dieta, lugar de origen, sus creencias religiosas o preferencias sexuales. Ha renunciado a construir una sociedad más justa. Las referencias a los modelos de autogestión yugoslavos, la reforma agraria de Velasco Alvarado o a la política exterior de los países no alineados del Tercer Mundo han perdido todo sentido en el mundo de hoy. No estamos hablando sólo de cambios estéticos sino de tratar de dar propuestas y soluciones a los problemas del mundo de hoy, no de los problemas de ayer.
Si el gran logro de la Falange de Narciso Perales y Pedro Conde fue no sólo diferenciar falangismo de dictadura, sino el no tratar de relanzar una opción política de los treinta en los setenta, nuestro objetivo es luchar en el presente para construir el futuro. Somos hijos de nuestro tiempo, no nostálgicos del tiempo de otros