"Un patriota ama a su patria;
un nacionalista odia la patria de los demás"
Alemania 1.934. Un cabo primero y mediocre pintor lleva hasta el paroxismo en Nuremberg al pueblo, dicen, más culto y preparado de la Europa cristiana.
Cataluña 2.013. Un político que coloca a su comunidad en concurso de acreedores y modelo de escándalos financieros seduce a, dicen, el pueblo más sensato, racional e inteligente de la Península Ibérica.
En ambos casos la culpa es siempre de los de fuera, del Tratado de Versalles, de los judios, de los charnegos o, simplemente, de "esos españolazos".
La noche de los cristales rotos se pone en práctica con impedimentos para estudiar en lengua española u obligando a rotular los comercios en catalán. De la de los cuchillos largos ya se encargará los Mossos de Escuadra.
Hay por tanto buenos alemanes arios y buenos catalanes y el simposio "España contra Cataluña" lo confirma. Y en el centro los que no somos secesionistas y, además, nos parece que la Constitución es manifiestamente mejorable; la eterna Tercera Vía.
Hacemos un ejercicio de coraje y nos preguntamos que pasaría si se celebrara el maldito referendum, quién es el garante de la unidad de España...No quiero pensar que un solo español (catalán o no) pueda perder la vida.
Y si el pueblo ignorante de su historia la repite, ¿dónde estará el maestro armero al que pedirle responsabilidades? Tiempos oscuros.
ALBERTO