El Foro de Ermua y otra veintena de asociaciones ciudadanas congregaron a unos diez mil asistentes en la madrileña Puerta del Sol para denunciar el riesgo de quiebra de la convivencia y la igualdad que supone el proyecto de Estatuto catalán y para denunciar la representación sobredimensionada que los nacionalismos tienen hoy en nuestro país.
En el acto tomaron la palabra la periodista Carmen Gurruchaga, el filósofo Gustavo Bueno, Concepción Martín -viuda del asesinado Coronel Blanco-, el escritor Jon Juaristi, que leyó el Manifiesto por la Unidad de España, el Presidente de Convivencia Cívica Catalana Francisco Caja y el Presidente del Foro de Ermua Mikel Buesa.
Tal y como se había anunciado, afiliados y simpatizantes de FA acudieron a la convocatoria, respaldando los motivos de la misma con su presencia, portando una pancarta en la que podía leerse "España unida y solidaria. Juntos tenemos futuro".
El Manifiesto por la Unidad de España subraya que "somos muchos los ciudadanos que creemos en España" y que "sentimos como inadmisible y delirante tergiversación que se identifique como reaccionaria la unidad de los españoles o la propia idea de España y se considere progresista la Cataluña o la Euskal Herria insolidarias e independientes con las que sueñan los nacionalistas" y reclama oposición a "cualquier proyecto que pretenda debilitar España como ámbito de decisión común, de convivencia, de igualdad y de solidaridad".
La presencia de FA en la concentración se desarrolló con absoluta normalidad en términos generales, si exceptuamos la actitud de los habituales simpatizantes del ala más extremista del PP, que forcejearon para intentar eliminar nuestra pancarta y la emprendieron contra un cartel que, con el lema "Por Cataluña" -que debía parecerles molesto y provocador a estos cerriles nacionalistas de otro signo-, portaba uno de nuestros simpatizantes. Estos elementos ultraconservadores representan la otra cara de una misma moneda con los nacionalistas periféricos: unos son los separatistas y otros los separadores. A quienes formamos parte de FA nos merecen idéntico rechazo cuantos pretenden desmembrar el proyecto nacional común como los que enarbolan una idea de España cerrada y excluyente. No obstante, hay que resaltar el comportamiento correcto de la mayoría, que nos acogieron en un ambiente de libertad, respeto y pluralidad. El mismo que la convocatoria reclamaba y que una minoría de los presentes pareció no entender.