Las ocho y media de una tarde de noviembre, en Cieza de 2009, puede ser un buen momento para abrir, en plena realidad, una nueva ventana falangista al universo que nos rodea, o más prosaicamente, a la sociedad que nos mira y está atenta a un presente incómodo en justicia y en convivencia. Para nosotros, desde FA, el momento, la ocasión fue un acto poético – en el mejor entendimiento de la idea de José Antonio-, ya sabéis que para él la poesía significó siempre génesis de construcción; la poesía era antes que otra cosa "construir, de ahí su etimología, y en ese sentido los camaradas de Cieza hemos hecho poesía, es decir, hemos construido un hecho tan importante como inaugurar una sede falangista.
Fue este viernes pasado, sobre esa hora mágica donde la luz del día deja paso a un atardecer nada oscureciente, sino ocasión para abrir una nueva puerta física, y emocional, cuando los camaradas ciezanos arropados por la presencia de nuestro Secretario general Enrique Antigüedad y por Juan Carlos García, secretario Nacional de Organización hicieron efectiva la inauguración de la Sede Política de Falange Auténtica en nuestra ciudad que, también, lleva en rótulo adjunto, la cualidad y calidad de "Hogar Ciudadano, pudimos sentirnos felices de la obra bien hecha que cantaba Kipling; ante ellos o con ellos, una veintena de afiliados y simpatizantes que asistieron al sencillo y adecuado acto de su puesta en marcha, nos mostraban su sonrisa y su apoyo.
Cieza, ciudad histórica del antiguo reino de Murcia, de antiguas raíces falangistas, cuenta ya desde este día, con un local donde se habla y se piensa en azul. Y lo que es más importante, situada en medio de la comprensión ciudadana y de la normalidad más leal entre la acción política de nuestra sociedad. Por eso nuestro ofrecimiento a todos los ciezanos, y a los que nos vengan de fuera, porque Falange Autentica ha merecido de nuestros convecinos un estatus de respeto y consideración que no tenemos por menos que congratularnos y agradecer. Es nuestra aportación política a un pueblo que siente la dureza del tiempo que vivimos y exige soluciones, pero que reivindicamos sin ningún sentido de conciencia inamistosa, de torpes incomprensiones. Creemos en la convivencia y en ello reside nuestra justificación para ofrecer, de veras, un hogar social donde podamos conversar al sabor de un viejo café, o un botellín de naranja, y presentar nuestras alternativas.