El reciente anuncio por parte del gobierno de la Comunidad Valenciana, de la eliminación de 262 camas hospitalarias en centros de salud de las tres provincias de la Comunidad, y en especial en la provincia de Alicante, es un paso más hacia el progresivo recorte en derechos sociales que el gobierno del PP está perpetrando en esta Comunidad, sin apenas protestas de la ciudadanía y con el apoyo indirecto, por su incompetencia, de los partidos de la oposición.
La política de recortes, que ya se venía practicando desde el anterior presidente Francisco Camps, continua vigente con su sucesor Alberto Fabra, sin que este tampoco se atreva a dirigir toda su atención, hacia un verdadero "agujero negro" del presupuesto autonómico llamado Radio Televisión Valenciana (RTVV).
Aunque ciertamente, se ha aplicado en este ente público un sustancial recorte, su presupuesto actual continúa siendo vergonzosamente elevado cuando disminuyen los gastos en sanidad o en educación, donde por ejemplo este año, se han dejado de cubrir unas 1400 plazas en profesorado. RTVV dispone para este ejercicio 2011 de 183 millones de euros de nuestros impuestos, y también del resto de nuestros compatriotas, que irán a parar a esta corporación pública que acumula unas deudas de 1122 millones de euros (muy próxima a la deuda de algunas regiones españolas como La Rioja o Cantabria).
Creemos que la existencia de la corporación RTVV puede estar justificada, al promover y difundir uno de los idiomas, y por lo tanto, bien cultural del estado español como el valenciano, pero de ahí a tener que hacer recortes sociales para mantener su actual estructura, y amortizar su descomunal deuda, hay un largo trecho. Medidas como menos horas de programación, eliminación de dos de sus tres cadenas televisivas, y centrar los contenidos en espacios de tipo cultural, e informativos de carácter plural e imparcial, son propuestas que ayudarían a sanear el organismo público, y con ello ahorrar un dinero necesario en cosas más importantes, al mismo tiempo que contribuirían a dar a la cadena pública un verdadero carácter formativo y cultural al servicio de toda la sociedad.
Por supuesto esto no va a ocurrir nunca porque, en realidad, Canal 9, Radio 9, 9 Dos, Nou 24 y demás canales que componen RTVV, son un eficaz instrumento de propaganda política, al servicio del ocupante de turno del Palacio de Benicarló, y desde esa perspectiva de interés partidista, cada euro malgastado en el ente radio-televisivo es imprescindible, aunque se pierdan 262 camas en nuestros hospitales, o nuestros hijos vean menoscabada la calidad que reciben en nuestros centros educativos. Por eso, la verdadera "prueba del algodón" de un recién llegado a la presidencia de la Generalitat, será siempre la voluntad de afrontar la reforma de esta corporación pública bajo pautas similares a las mencionadas, y en la medida que emprenda estas, nos dará el verdadero perfil de su talla política, y voluntad de servicio a nuestra sociedad.