Por Alejandro Petrucelli (Argentina)

TODOS DESCONFÁAN DEL ÁNDICE DEL COSTO DE LA VIDA DE ENERO

En un marco de sospechas, el gobierno argentino difundió el índice de inflación de enero, que trepó al 11. El anuncio, que llegó dos horas más tarde de lo previsto, derivó en una polémica con la oposición. El oficialismo sostiene que la cifra alcanzada es objetiva y que la misma fue avalada por un escribano. Por su parte, el diputado y candidato a presidente por el POR, Mauricio Macri, aseveró que, según sus mediciones, la inflación trepó al 21 %.

Resultó más que llamativo que no se hayan distribuido a los medios de prensa las planillas donde se especifican los distintos rubros que determinan el índice.

Los cruces entre el gobierno y la oposición se originaron cuando la Ministra de Economía, Felisa Miceli, desplazó de su cargo a la directora del Ándice de Precios de Consumo, Graciela Bevacqua. El relevo obedeció a la negativa de Bevacqua a ceder a las presiones del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien le exigió la lista confidencial de los comercios en los que se realizaron los controles para confeccionar el índice.

Todo hace suponer que las cifras que manejaba el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) eran superiores a las anunciadas por el gobierno.

Los trabajadores INDEC manifestaron su disconformidad con la destitucion de la funcionaria y calificaron la medida del gobierno como una virtual intervención del organismo. La respuesta llegó por intermedio del Ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien los calificó de "mafiosos y banda de forajidos. El Ministro Fernández justificó el envío de policías a la sede del Instituto, en la necesidad de proteger a funcionarios que "habían sido amenazados. El personal del INDEC denunció la presencia de policías y de patetoros, que les impidieron acceder al área donde se elabora el índice.

Los delegados manifestaron que la nueva directora nombrada por el gobierno, Beatriz Paglieri, no quiso reunirse con los trabajadores.

Distintos analistas económicos sostuvieron que el gobierno manipuló las cifras, al imputar, por ejemplo, sólo un 2 % de aumento en las prepagas, cuando la mayoría ha aplicado el 22 %.

Las asociaciones defensoras de consumidores indicaron que la inflación de enero pasado se ubicó muy por encima del 11 % anunciado por el gobierno y que hubo rubros en los cuales el alza de precios alcanzó el 33 %, como el caso de las frutas y verduras.

La titular del Centro de Educación al Consumidor, Susana Andrada, afirmó que "en la inflación de bolsillo, que es lo que pagamos todos los días los consumidores, las prepagas aumentaron un 22 %, por más que el gobierno insista en que fue sólo del 2 %; los taxis 9 %; las frutas y verduras entre el 11 y el 33 %, los aceites 8 %, y en el turismo el aumento fue entre el 20 y el 25 %.

Todo indica que, en un año de elecciones presidenciales, el gobierno nacional teme que un aumento de la inflación influya directamente en su base de votantes.

Del otro lado, lejos de la pelea por el poder, está la población que sabe que el índice inflacionario anunciado por el gobierno, contrasta groseramente con los aumentos que se registraron en las góndolas y en los servicios.