Que principales diferencias en lo económico y social existen entre la falange y el régimen franquista apuesta por algún tipo de asignatura especial en la educación? Saludos en estos tiempos? Y la falange tan difíciles.
- Preguntas enviadas por L. P.
Nuestra oposición frontal al franquismo no nos impide reconocer el milagro económico habido en España durante la dictadura ni reprobar la burda maniobra de los partidos de izquierda que -con amenazas de cárcel- intenta silenciar esta verdad histórica que los ridiculiza como adalides de los trabajadores y de sus derechos sociales. Sin lugar a dudas, en términos de política laboral el borbonismo juancarlista debería pasar a la historia como un gigantesco proceso de destrucción de los amplios derechos sociales cuajados bajo el franquismo. En estos dominios, la Transición supuso el tránsito desde un Estado eminentemente socializante a otro de naturaleza dogmáticamente liberal. Todo ello con la aquiescencia de los partidos y los sindicatos socialistas y comunistas para mayor escarnio de los trabajadores. En definitiva, el franquismo fue un régimen socialmente más justo que el borbonismo.
Como consecuencia de ello la crítica de <FA> al franquismo económico no se dirige tanto a los efectos, pues la calidad de vida en España mejoró y fue alcanzando progresivamente a sectores cada vez más amplios de la sociedad. Se centra en las causas puesto que ese franquismo económico no fue otra cosa que una variante moderada de capitalismo donde el Estado, mientras hacía intentos por conducir la economía hacia el interés general, desgranaba un código de relaciones laborales groseramente paternalistas. Inspirada por la doctrina social de la Iglesia, la política laboral de Franco consistió en apelar severamente a la buena voluntad y conciencia limosnera de los ricos frente a los más desfavorecidos.
Aunque este modelo se desplegara bajo la égida del yugo y las flechas y obtuviera la denominación oficial de Nacionalsindicalismo resulta de todo punto extraño e intolerable a la mentalidad falangista. El nuestro es un modelo económico emancipatorio donde la justicia social no emana de los buenos o malos sentimientos del amo hacia el siervo sino de la Dignidad y la Libertad de los hombres en plena posesión e igualdad de sus derechos. Proponemos un modelo de producción situado en las antípodas del capitalismo franquista donde los trabajadores se convierten en socios y propietarios de los medios de producción. De esta forma, además de otros múltiples avances sobre los modelos disponibles en la actualidad, los socios trabajadores pueden pactan sus condiciones laborales entre sí, según su mejor criterio y sin requerir la venia de ningún amo, dueño, señor o patrón. Ni mucho menos del Estado.
En este sentido, y respondiendo a otro punto de su pregunta, la Falange en efecto introduciría una gran asignatura en el sistema educativo dirigida a crear una nueva mentalidad empresarial y emprendedora entre los más jóvenes y a dotarlos de todas las herramientas teóricas necesarias para favorecer en éxito sus proyectos de autoempleo o su participación en las nuevas empresas autogestionadas. Es decir, para transformar su mentalidad de asalariados en una mentalidad de socios y de propietarios.
En lo social, el régimen de Franco se caracterizó por la carencia absoluta de algunas libertades elementales para, entre otras cosas, guardar la apariencia pública del estricto cumplimiento de la moral católica. Un chascarrillo de la época resulta, en esta materia, muy revelador: “la obsesión del Caudillo es que todos los españoles lleguemos al cielo… aunque sea a hostias”.
No es necesario insistir en que estas políticas de unificación de la moralidad y de pensamiento único atentan directamente contra la Libertad y la Dignidad de los hombres y, en consecuencia, se oponen a la visión del mundo que sostiene FALANGE AUTÉNTICA. Además, nacen condenadas al fracaso. El itinerario de una dictadura moralizante siempre es el mismo: tras los primeros tiempos de temor en que la sociedad se vuelve temerosa y apática surgen sentimientos de malestar y hartazgo tan profundos que sólo se pueden contener con una represión policial creciente y únicamente a título provisional. Las únicas dictaduras viables en la actualidad son las de corte occidental: aquellas en las que la sociedad se cree libre a pesar de estar cargada de cadenas hasta el cuello.
Muchos sociólogos han descrito la del franquismo como una sociedad profundamente hipócrita donde el comportamiento público distaba harto del comportamiento privado. Como consecuencia de ello, aquellos decenios de privación de libertad erigieron una cultura de las apariencias que, al primer soplo de libertad, fue barrida de la faz de la Tierra. Las iglesias se vaciaron y, como movimiento pendular de compensación frente a la asfixia moral de Franco, un auténtico proceso de anomia se apoderó de la sociedad tras la muerte del dictador. Espectáculos tan bochornosos como “el destape” en el cine o tan dramáticos como la caída en la trampa de las drogas de toda una generación de jóvenes españoles fueron consecuencia de cuarenta años de restricciones de la libertad.
Lejos de todo esto, FALANGE AUTÉNTICA es partidaria de todas las libertades civiles imaginable siempre que se muestren respetuosas con las leyes de un Estado nacionalsindicalista directamente inspirado por la Dignidad y la Libertad de los seres humanos.