Lucía Méndez en El Mundo, 13.01.07:
"LA NÁUSEA
Ignoro si algún profesional de la política –sea ministro, alcalde o simple miembro de la ejecutiva de algún partido- ha sentido esta semana la vergüenza, el bochorno, la indignación, el hastío, el disgusto, la desazón y hasta la repugnancia que hemos sentido muchos españoles.
Ignoro si la clase política es consciente del asco que nos produce el espectáculo de circo romano al que asistimos como espectadores desde que ETA asesinó en la T-4 a dos trabajadores ecuatorianos (...).
El presidente del Gobierno está como ausente, con serias dificultades para aterrizar en la realidad, mientras que la oposición ha hincado el diente a la pieza largo tiempo deseada y no la suelta (...).
Ignoro si algún ministro, diputado o senador del PSOE ha tenido lo que hay que tener para decirla al presidente del Gobierno que hable claro de una puñetera vez (...).
Ignoro si alguien del PNV le ha dicho a Ibarretxe exactamente lo que se merece por el lío que ha montado con la manifestación de Bilbao (...).
Ignoro si algún responsable del PP ha tenido lo que hay que tener para advertir a sus dirigentes que se están pasando de frenada y que no asistir a la manifestación de hoy contra el terrorismo es un grave error.
Sí. Los ciudadanos tenemos razones para estar cabreados con los políticos, pero tenemos muchas más para salir hoy a la calle a llorar juntos. Una vez más.
No nos importa si el Gobierno quiere utilizar la manifestación para salvarse del desastre o si es Pilar Bardem quien sale en la foto. Nuestras razones son profundas, auténticas y limpias. Nuestras razones son la madre ciega y descalza de Carlos Alonso Palate, su hermano y la familia humilde de Diego Armando Estacio. Para que la madre (...) sepa, allí en su miserable aldea de Ecuador, que los españoles sentimos la muerte del hijo que la mantenía (...)
Lo demás son excusas y náuseas (...)".