Cristina Sánchez, de la Ejecutiva Nacional de FA, firma este artículo en El Mundo, dentro de la columna "Dragolandia" de Fernando Sánchez Dragó.

 

¿Tú también eres joseantoniano?

"¿Cuándo habéis visto vosotros que esas cosas decisivas, que esas cosas eternas como son el amor, la vida y la muerte, se hayan hecho con arreglo a un programa? Lo que hay que tener es un sentido total de lo que se quiere; un sentido total de la patria, de la vida, de la historia y, ese sentido total, claro en el alma, nos va diciendo en cada coyuntura, qué es lo que debemos hacer y lo que debemos preferir" José Antonio

Se requieren "instituciones fuertes y creíbles" y gobernantes "decentes", y se necesitan políticas "de verdad", para garantizar la España "unida, que siempre ha sido [...] Cuando miro a la cara de la gente, no sólo veo españoles, veo jóvenes con esperanza, padres preocupados por sus hijos, abuelos preocupados por sus pensiones [...] Personas que quieren compartir un proyecto en común, que es España".

Los humanos, por regla general, nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Los políticos, de los valores, cuando necesitan votos.

Entre otras, las expuestas en el párrafo anterior, son algunas de las argumentaciones del secretario de Organización del Partido Socialista, José Luis de Ábalos, para exponer la razón de ser de la moción de censura presentada el pasado jueves, con final feliz. Dándose por entendido que lo de "gobernantes decentes" no va con ellos.

El discurso le ha servido en bandeja al socialista el archimegainsulto de joseantoniano. Lo que sin duda se tiene merecido, habida cuenta de que, además de repetir frases textuales del fundador de la Falange, en una traducción libre podría decirse que lo que Ávalos quiere para España es: pan, patria y justicia y, además, familia, olvidándose de lo del sindicato, dado que para la UGT no corren buenos tiempos... y tirando de todo aquello que huela a valores y grandeza, en un momento en el que el PSOE se encuentra ninguneado y dividido como nunca en toda su larga historia.

Un proyecto de vida en común, ni de izquierdas, ni de derechas

Lo que hoy es el "proyecto de vida en común" que ha acompañado al PSOE hacia la Moncloa y los bancos preferentes del Parlamento, era hace nada el "ni de izquierdas ni de derechas" que condujo a Pablo Iglesias y su Podemos, referente de la "nueva política", a ocupar cinco flamantes escaños en Europa y la inercia posterior. Entonces fueron los socialistas los que esgrimían paralelismos entre el Podemos de Pablo Iglesias y la Falange deJosé Antonio Primo de Rivera, con el fin de descalificar al líder de la formación morada, que aparecía en escena a sacarles a los del PSOE los colores por la izquierda -y por la derecha-.

Y es que, realmente, Podemos no era, hace apenas unos años, "ni de izquierdas, ni de derechas", giro acuñado por el político del pasado siglo, como parte de la identidad de su joven movimiento, porque, se dijo entonces:"nosotros sólo distinguimos entre los de arriba y los de abajo", José Antonio y su Falange no eran ni de izquierdas ni de derechas porque:"en el fondo, la derecha es la aspiración a mantener una organización económica, aunque sea injusta y la izquierda subvertir una organización económica, aunque al hacerlo se arrastren muchas cosas buenas".

A los de Podemos les llovieron las críticas por todas partes, izquierdas y derechas, acusados de plagiar al líder de la Falange en cuestiones como el reparto de la riqueza, la banca pública, las propuestas sobre la creación de empresas de propiedad colectiva o el patriotismo social. Averigüen, quién dijo qué, más allá del estilo propio del lenguaje de época:

"Creemos que cualquier medida que se adopte para reactivar la economía, tiene que modificar la norma de reparto actual y comenzar a favorecer a la mayoría de la sociedad y no a la minoría".

"La riqueza tiene como primer destino, y así lo afirmará nuestro Estado, mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente, mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos".

"Apostamos por impulsar instituciones bancarias públicas que favorezcan el acceso a la financiación en condiciones asequibles, contribuyendo a la cobertura de las principales necesidades productivas y sociales". "Defendemos la tendencia a la nacionalización de la banca, enfocada a ser un servicio y no un negocio. Fomentaremos el flujo crediticio para empresas y familias, mediante la creación de una banca pública, al mínimo interés y la apuesta por la creación de empresas de propiedad colectiva".

José Antonio Primo de Rivera 

Las cooperativas de trabajadores fueron la niña bonita de José Antonio y los suyos, asegurando que el cooperativismo formaba parte del ADN de los españoles, antes de que lo fuese de Podemos. Por no hablar de patriotismo, del que ya decía José Antonio que sonaba a "palabrería", mientras las derechas "defiendan con uñas y dientes sus intereses de clase [...] Mucho cuidado con invocar el nombre de España para defender unos cuantos negocios, como los intereses de los bancos o los dividendos de las grandes empresas";lo mismo que, 80 años después, opinaban Pablo y su Podemos, al menos antes de formar parte de la clase política, esa a la que recién llegado al ruedo político llamaba "casta".

También el líder del partido naranja, Albert Rivera, ha sido considerado el peligro público número uno, por plagiar las palabras de Primo de Rivera: "el domingo pusimos en marcha -comentaba Albert-un proyecto civil que volverá a unir a los españoles en torno a nuestros valores constitucionales por encima de siglas, bandos o territorios. En la España que viene debemos superar los complejos y los fantasmas del pasado para sentirnos orgullosos de nuestra diversidad y de todo los que nos une. Sólo así podremos estar a la altura de las mejores naciones del mundo".

Ante estas declaraciones,José Antonio Gómez opinaba en prensa que en lo único en lo que discrepan Albert y José Antonio es en su posición política frente al sistema capitalista que: "se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación"; palabras estas del falangista que, reiterabaGómez, "jamás se las oirán decir a Albert Rivera". A pesar de lo cual, Gómez aconsejaba: "Olvídense de amenazas terroristas o separatistas. Nuestra democracia está en nivel de alerta máxima con Rivera -el naranja- como el político mejor valorado o con su partido encabezando las encuestas".

Tomar conciencia de que estar por la solidaridad entre todos los españoles, por la distribución de la riqueza, de forma que los más desfavorecidos no queden en la cuneta y sin que el lugar donde se haya nacido o el partido al que se pertenezca, sea un hándicap a favor o en contra, constituyan declaraciones que nos ponen en peligro, más allá de la amenaza terrorista, deja literalmente exhausto y despavorido. ¿Quién lo iba a decir?

Tontería creer que, quizá, la responsabilidad de esta democracia torticera que sufrimos, aquí y ahora, es de los que vivos y coleando, agachamos la cabeza y en el mejor de los casos, miramos para otro lado. La moción de censura,pulcramente legal y bien argumentada, tiene también un sabor agrio a democracia encorsetada,un olor a demagogia barata, mediocridad trasnochada y conchabanza de alcahuetas de despacho, cuya última aspiración empieza y acaba en el sectarismo, el clientelismo y el interés partidista, muy lejos de la grandeza política y humana, el bien común y la solidaridad.

Muy lejos de una apuesta decidida por la política abierta y una democracia avanzada que no llegará, aunque la época cuente con todas las características técnicas y cognitivas necesarias, mientras el nivel de conciencia medio consista en lanzarse descalificaciones como joseantoniano, a modo de término automático de descrédito.  Al fin y al cabo, un joven político y abogado brillante, según admiradores e ilustres detractores coetáneos, seguido por un puñado de hombres, tan jóvenes o más que él, víctima de una guerra fratricida, con sólo 33 años. Como tantos otros, dando lo mejor que tenían, su juventud, su ingenio, su vida, por su idea de una España mejor para sus conciudadanos. Difícil imaginar a día de hoy, tanta generosidad.

Sorprende que el descalificativo sea al tiempo tan efectivo y tan peligroso. Y sorprende, todavía más, que sea tan contagioso. De cualquier forma, otro gallo cantaría si España fuese un proyecto de vida en común de todos los españoles y no el de unos pocos, con intereses particulares y vete tú a saber a las órdenes de quien.