El falangismo democrático ha obtenido cerca de dos mil votos en las elecciones europeas de este año.
No es demasiado, pero es lo suficiente para no desfallecer, porque esos votos son los únicos que apuestan en España de manera inequivoca por un falangismo refundado, creible y con pulso. El nuestro es un voto joven, atrevido y moderno, tanto como el ombligo al descubierto que se ha convertido en uno de nuestros símbolos más audaces.
Sabemos cual es el camino, duro, largo y pedregoso, y por eso nos tomamos nuestra tarea con alegria. Tenemos entre manos nada más y nada menos que la refundación del ideal falangista, y sabemos que vamos por la senda correcta y que conectamos con el sentir de muchisimos españoles.
Con esa alegria vamos a seguir trabajando en los próximos años, ahora sin urgencias electorales, con nuestros afiliados y colaboradores. Nos comprometemos, aquí y ahora, a no defraudar a nuestro pequeño y entrañable mundo de votantes.
Con ellos, somos muchos los que pensamos que nuestra España no saldrá de estas elecciones, ni en las próximas....pero que la alegria hoy está en la siembra de los ideales de la dignidad humana, la justicia y el patriotismo social.
Litio