Tras las pasadas elecciones medios y partidos han construido interpretaciones ajustadas a sus conveniencias. En ocasiones parecía difícil identificar los mismos resultados según el análisis se realizara desde una u otra orilla.
FALANGE AUTÉNTICA no va a negar que, como todo grupo, tiene también sus intereses. Nos gustaría pensar sin embargo que escapamos a la utilización de la política como plataforma para la obtención de privilegios y beneficios personales, sectoriales o empresariales por lo que nuestro análisis no esconde más interés que el de la búsqueda de una transformación justa para nuestra sociedad.
Desde la equidistancia que nos separa de los proyectos popular y socialista, las variaciones en el reparto de poder entre ambos partidos no nos han parecido relevantes para los intereses de los ciudadanos españoles. Sin embargo, desde FALANGE AUTÉNTICA queremos destacar cuatro aspectos que no han ocupado titulares hasta el momento pero que nos parecen relevantes, unos para la mejora de nuestra democracia y otros para nuestras propias posibilidades como comunidad política:
Los grandes partidos [grandes presupuestos] continúan impidiendo el acceso de las minorías a las Instituciones: La foto electoral del 25M no nos ha traído nada nuevo, salvo la agradable noticia de que quedan ya pocos terroristas en las instituciones vascas y navarras. De resto: las mismas caras, las mismas siglas. En cuanto a su capacidad de regeneración el sistema electoral español es claramente perfeccionable, pero choca con los intereses de las formaciones políticas asentadas (a nivel nacional PP y PSOE, y regionalmente CiU, PNV-EA, CC o BNG que encuentran en su territorio los mismos beneficios).
Es urgente una reforma de la Ley Electoral que traiga algo de aire fresco a Instituciones que en muchas ocasiones no han sufrido renovación alguna desde la Transición hace ya 25 años. Como ejemplo las grandes dificultades para obtener representación política de nuevos y potentes movimientos sociales en toda Europa como el movimiento "verde.
Desde FALANGE AUTÉNTICA insistimos en la necesidad de establecer un sistema de listas abiertas, en el que el ciudadano pueda elegir "personas independientemente de la lista con la que se presente, y un sistema de control del gasto que garantice que todos los candidatos compiten en igualdad de condiciones. La democracia sólo será auténtica si el pueblo (y no los comités electorales de los partidos o el presupuesto en marketing) puede elegir a los mejores hombres y mujeres para gobernarle.
El voto oculto ha vuelto a dejar en evidencia las encuestas: La orquestación en la calle del descontento izquierdista frente al PP no sirvió tanto para movilizar a su propio electorado como para sacar de sus casas el "voto oculto del PP. El Presidente Aznar ha salvado los trastos con cierta dignidad para la presión mediática que generaron el Prestige y la Guerra de Irak. El líder conservador tiene la habilidad de caer tan mal a sus rivales, como bien a los suyos. Los números continúan mostrando que genera más lealtades entre su electorado natural de las que sus enemigos políticos quieren reconocer, pero también que no esta dotado para ganar terreno en la mies ajena.
El "voto oculto no es un fenómeno que monopolice el Partido Popular. En las generales del 96, cuando se pronosticaba un paseo militar para el entonces aspirante Aznar, el electorado "tapado del PSOE se lanzó a las urnas hasta rozar los míticos diez millones de votos del 82. La sorpresa estuvo a punto de producirse.
¿Existe el voto oculto para FALANGE AUTÉNTICA? ¿Cuál será nuestra marca electoral cuando presentemos listas y hagamos campaña dignamente en todas las circunscripciones? En la estrategia presente de FALANGE AUTÉNTICA, nuestra organización especula no tanto con la existencia (o no) de un "voto oculto a la Auténtica como la de una "militancia oculta que, fruto de la diáspora azul del desencanto, se muestre receptivo a nuestro mensaje y pueda constituir los cuadros del partido para el futuro inmediato.
Se consolidan fenómenos de amplio apoyo como José Bono, Paco Vázquez, Rosa Aguilar, etc...: Los partidos debemos reflexionar sobre el papel que juegan las ideologías en la España (o en la Europa) del XXI. Fenómenos como los de Francisco Vázquez, José Bono o más recientemente Rosa Aguilar se producen gracias al corrimiento de votos de muchos ciudadanos que, normalmente, votarían a unas siglas pero que depositan su confianza en una persona independientemente del partido con el que concurra. Al concurso de sus votantes, suele sumarse el respeto distante de quienes sin dejarse abducir por su estela no dejan de reconocer su calidad humana.
Esa calidad humana tal vez es lo más cercano al reconocimiento joseantoniano del liderazgo que hayamos podido conocer en nuestra corta democracia. Una amplia "unidad social en torno a la persona y su proyecto (que no al partido). El culto paganizante del caudillo que preconizan los aparatos de los partidos para cohesionarse y movilizar a "los suyos pese a "los otros es, sin embargo, su deformación más odiosa.
Los falangistas siempre hemos dicho que si hay unas elecciones que son "las nuestras esas son las municipales. La base del argumento descansa en el carácter orgánico de la demarcación. Efectivamente es a nivel municipal (y aún más en los municipios pequeños) dónde el elector mantiene un vínculo humano y directo con los candidatos. Es allí donde debemos poner a prueba nuestra capacidad de liderar proyectos amplios.
Las estrategias postelectorales lastran las expectativas de algunos movimientos: La incapacidad de algunos partidos políticos para establecer alianzas fuera de la estrecha franja derecha-izquierda contrasta con la versatilidad que han definido otros. Mientras CiU, PNV o CC pueden pactar indiferentemente a ambos lados del espectro político sin deprecio ante su electorado otros (por ejemplo, Izquierda Unida) han ido cerrando sus posibilidades e incluso dañando sus expectativas de voto en función del "voto útil.
FALANGE AUTÉNTICA no puede facilitar a los medios la trampa de definirla en términos de derecha-izquierda de forma que nos encontrásemos, con el tiempo, en el callejón sin salida de carecer de capacidad de maniobra para alcanzar mayorías alternativas. Hemos de ser especialmente intrépidos en la concreción de nuestra definición política, modelada según nuestra capacidad de pactar exitosamente con izquierdas o derechas.
La Auténtica debe pensar seriamente en la política de alianzas que debe permitirse. Nuestra Declaración de Principios plantea: FALANGE AUTÉNTICA intentará difundir sus valores y opciones con la intención de hacerlos mayoritarios o de alcanzar mayorías estables en unión de otras opciones políticas con las que comparta un proyecto integrador, no materialista y socializador de la riqueza, así como un profundo respeto a la Dignidad de la persona y los Derechos Humanos.
Esta renuncia implícita al inveterado punto veintisiete nos abre las puertas a la búsqueda de alianzas audaces cuyo valor no sólo estriba en su eficacia a nivel local sino en su dimensión de futuro.