A la vista de los resultados electorales lo primero que detectamos es la prevista tendencia al bipartidismo, fomentada por la dinámica de enfrentamiento radical en que habían caído los dos principales partidos políticos de nuestro país. Esta tendencia ha estado a punto de expulsar del parlamento a una fuerza como IU que no hace mucho era potente y representaba una gran cantidad de electores. No es sorprendente que sean tan solo algunas de las fuerzas nacionalistas las que se han salvado de la quema.

 

Las consecuencias del sistema electoral, que en muchas ocasiones hemos denunciado, son una pluralidad cada vez menor y un fortalecimiento cada vez mayor de los dos grandes partidos, que a este paso eliminarán a toda posible alternativa política del parlamento.

Y no es que no existan diferentes opciones políticas. Esta convocatoria es casi seguro que se batieron records de presentación de candidaturas a los comicios. Sin resultado, como se ve, puesto que, paradójicamente, cuantas más opciones hay en liza, menos partidos obtienen representación y más ciudadanos se ven sin representación en las cámaras legislativas. Matemáticas a favor del poder y lo políticamente aceptable (lo de correcto es como poco discutible).

Si todavía alguien quiere ver atisbo de democracia en el actual sistema electoral español, le recomendamos que no sea tan candido, que lo que ocurre no es casual. Que el objetivo es que todo se decida en los despachos muy poco democráticos de los partidos políticos y no en foros realmente públicos. Es el tributo que pagamos en España por la transición que se hizo, donde el miedo y el conservadurismo estimaron oportuno crear los medios para que dos o tres partidos se implantaran en todo el Estado y alguno más en determinadas circunscripciones aquejadas de antiguos nacionalismos aldeanos.

 

Así se pudo evitar la posibilidad de que la caída del régimen autoritario pudiera llevar a algo diferente del continuismo, revestido de parlamentarismo, que conocemos hasta el día de hoy.

 

Falange Auténtica es víctima de esta realidad como lo son todos los partidos políticos con dimensiones menores que los que conforman el modelo bipartidista o los que responden a un escenario nacionalista donde el voto del egoísmo esta claramente identificado y resulta útil para la gobernabilidad del país. A la realidad del sistema añadimos la escasez de medios y la innegable lacra que suponen los prejuicios respecto a nuestra organización y podremos entender por qué resulta tan difícil que nuestros sufragios crezcan y nuestra posición electoral se fortalezca.

 

Los casi cinco mil votos obtenidos por Falange Auténtica en las elecciones a diputados, nos permiten mantenernos, con una ligerisima subida a pesar de la bipolarización tan marcada, en el nivel en que estabamos. Esto no nos permite demasiada alegría. El esfuerzo realizado y sobre todo las ilusiones depositadas en este proceso electoral nos hacían desear un resultado más voluminoso. A pesar de no haber sido posible, hemos de valorar y agradecer el haber conseguido el apoyo de un buen numero de personas que esperamos sepan que su voto sisgnifica no sólo dar su respaldo a un proyecto concreto como el de Falange Auténtica, sino además es una demostración de responsabilidad ante el futuro de quienes deciden a pesar de las dificultades y del déficit democrático, actuar como realmente piensan que es más beneficioso para su patria.

 

Gracias a todos los que creen en nosotros, y gracias a los que, además de creer en nosotros, nos han votado. Aún no son suficientes, pero no por ello, vamos a dejar de manifestar nuestra manera de pensar y no por ello vamos a considerarnos vencidos o inservibles. Somos muchos los que estamos, en nuestra organización y en muchas otras, excluidos por el sistema y enterrados en vida por las leyes que favorecen a los grandes partidos y a los nacionalistas y, antes o después, desarrollaremos una manera conjunta de trabajar para romper el actual déficit democrático.

 

Por lo demás, el mensaje de justicia social y superación del capitalismo a favor de un sistema que considere al trabajador verdadero propietario de su capacidad creativa y de los beneficios que produce su esfuerzo, sigue siendo, en nuestra opinión, una aspiración de cada vez más personas. La necesidad de encontrar en el patriotismo solidario y abierto a todas las personas que quieran compartir un proyecto común de futuro, será el verdadero cemento que una y dé solidez a nuestras sociedades cada vez más complejas, no sólo porqué lo digamos nosotros, sino porque es necesario e inevitable. Ambas reclamaciones, tan nuestras, complementan el objetivo de mayor democracia participativa que llevábamos a estas elecciones. Seguiremos defendiendo estos objetivos a pesar de los resultados, con firme voluntad de mejorar éstos, pero sin hacer depender nuestra coherencia y ansias de seguir en la lucha a que el número de votos obtenidos no sea, como en esta ocasión, todo lo abultado que merecen unas ideas tan humanas y asumibles como las que defiende Falange Auténtica.