Extraído de solidaridad.net
¿Sabía usted que uno de los diputados autonómicos de Madrid con mayor patrimonio es de izquierdas, de Izquierda Unida? Hace unos días se supo que Luis Suárez posee propiedades inmobiliarias -varios pisos y chalés, nueve plazas de garaje- supuestamente valoradas en unos 1.000 millones de pesetas. ¿Es ético tener una fortuna tan considerable, acumulada durante años de trabajo profesional, y formar parte de una coalición de partidos que tiene como emblemas corregir el orden social injusto, la desigualdad e insolidaridad en que vivimos? Una cosa es ser de izquierdas y otra tonto, escribe uno de los articulistas que se pronuncian sobre esta aparente contradicción entre el ser y el tener. Quizás la próxima pregunta a formular será si se puede hablar ya de derechas y de izquierdas.
¿SABIA USTED que el hombre más rico del mundo es de izquierdas? Sí, Bill Gates es zurdo. ¿Sabía usted que uno de los diputados autonómicos de Madrid con mayor patrimonio es de izquierdas, de Izquierda Unida? Hace unos días se supo que Luis Suárez posee propiedades inmobiliarias -varios pisos y chalés, nueve plazas de garaje- supuestamente valoradas en unos 1.000 millones de pesetas. ¿Es ético tener una fortuna tan considerable, acumulada durante años de trabajo profesional, y formar parte de una coalición de partidos que tiene como emblemas corregir el orden social injusto, la desigualdad e insolidaridad en que vivimos? Una cosa es ser de izquierdas y otra tonto, escribe uno de los articulistas que se pronuncian sobre esta aparente contradicción entre el ser y el tener. Quizás la próxima pregunta a formular será si se puede hablar ya de derechas y de izquierdas
EL PENSADOR | JOSÉ ANTONIO MARINA
Es compatible la riqueza con las ideas progresistas
Para contestar a esta pregunta conviene definir los términos con precisión -cosa que aburre a los demagogos de todo cuño- y decir qué se entiende por riqueza y por progreso. Hay muchos tipos de riqueza, atendiendo a su origen, a su concepción y a su empleo. No es lo mismo ganar dinero mediante la explotación, o gracias a juegos especulativos, o destruyendo el medio ambiente, o vendiendo armas, que creando empresas productivas y limpias.No es lo mismo la riqueza que se despilfarra en ostentación que la que se invierte en mejorar el nivel de vida de la sociedad.El dinero es poderoso y, como todos los poderes, el suyo puede ser decente o indecente. Es decente el poder que aumenta la autonomía de los ciudadanos y es indecente el que la limita. Conclusión: hay riquezas compatibles con las ideas progresistas, y otras que no lo son.
Pero, ¿qué entiendo por progreso? Progreso no es un concepto económico sino ético. La palabra la inventaron los ilustrados que creían en la perfectibilidad indefinida del ser humano, y pensaban que la economía debía contribuir a ella. Progresar quiere decir satisfacer cada vez con mayor extensión y prontitud las exigencias de la dignidad humana. Unas son económicas, otras jurídicas, políticas o sociales. La riqueza personal puede ayudar a este proceso o puede entorpecerlo. La evolución del derecho de propiedad indica el modo de integrar la riqueza en el proyecto ético. Quien defiende un derecho absoluto de propiedad o una negación absoluta de la propiedad es reaccionario, y quien defiende la función social de la propiedad es progresista.
Antonio Marina es catedrático de Filosofía. Propone su libro "La Lucha por la dignidad".
EL POLITICO | JULIO ANGUITA
Sí, pese a que toda fortuna es moralmente delictiva
Se puede ser de izquierda y millonario? Me sorprende extraordinariamente. Y no sólo por la pregunta en sí, sino también porque el protagonista es un diputado de IU. Igualmente, se podría preguntar: ¿se puede ser de izquierda y estar a favor del terrorismo de Estado? O, ¿se puede ser de izquierda y estar a favor de la OTAN? ¿Se puede ser de izquierda y estar a favor de las reformas del mercado laboral que han conducido a situaciones que todos conocemos? O esta otra: ¿se puede ser demócrata apoyando una guerra de agresión que implica genocidio? Y así se me ocurren hasta 50 o 60 preguntas con unos contenidos de mayor enjundia.
Pero contesto. Y la respuesta es que sí, evidentemente, sí. Técnicamente, y sin que yo pretenda calificar de nada, creo que en el origen de toda fortuna siempre hay un hecho moralmente delictivo. Moralmente, no legalmente. Quiero decir que multimillonario no es nadie de manera decente ni honrada. Ahora bien, establecida esta premisa con categoría de afirmación de carácter filosófico, si mi compañero Luis Suárez ha llegado a tener ese patrimonio que se le dice de manera legal, yo no me escandalizo. La historia nos da el ejemplo de Federico Engels y Carlos Marx y de otros personajes que han militado en las siglas del Partido Comunista que, teniendo fortunas, han luchado por los trabajadores mucho más y con más consecuencias que algunos de los propios trabajadores a los que defendían.
Creo, pues, que la pregunta denota cierta intencionalidad de quien la hace, que busca la pequeña aguja en el pajar cuando están sin responder todos esos otros interrogantes de los cuales yo sólo he esbozado algunos al principio.
Anguita es licenciado en Historia. Miembro de la dirección general de IU.
EL FILÓSOFO | GABRIEL ALBIAC
Izquierda, derecha; palabras huecas
Las metáforas están fechadas. Nada en su connotación pervive al decurso del tiempo. Izquierda y derecha pueden ser tomadas como conceptos políticos. Por los ignorantes. Cualquiera que no sea un analfabeto sabe que su contraposición en el espacio político es una metáfora, fijada el 28 de agosto de 1789 sobre la imagen que deja el recuento en la votación de la Asamblea Constituyente francesa acerca del veto real.
De ahí, esa disposición espacial de los votantes, que inicialmente no tuvo tanto peso cuanto la que diferenciaba plaine y montagne, pasó a metaforizar el republicanismo revolucionario en el siglo XIX, y, a partir sobre todo de 1848, las fracciones obreristas de ese republicanismo. En la transición del siglo XIX al XX, su uso quedó ligado a los movimientos de carácter socialista y, a partir de la constitución de la III Internacional, comunista.
Hoy, no significa nada. Sólo embrolla, hasta hacerlo ininteligible, un horizonte político que vive en el anacronismo de sus léxicos legitimadores. Que alguien pueda juzgar que Felipe González es más izquierdista que Blas Piñar se me antoja la mar de regocijante.
Jamás hago uso de eso que no son ya palabras, sólo cascajo vacío, bajo el cual sólo puede traficarse con engaño.
Pero hay que clasificar. Propongo ésta, la única catalogación sensata de profesionales de la política que se me ocurre. Los políticos se dividen en:
-los probadamente delincuentes;
-los probablemente delincuentes;
-los que no parecen incluidos en ninguno de los dos primeros grupos.
Si alguien sigue deseando votar, más le vale atenerse a ese criterio.Es bastante más sólido que otros.
Gabriel Albiac es catedrático de Filosofía. Propone su libro "Desde la incertidumbre".
EL EX SINDICALISTA | JUSTO ZAMBRANA
Existe una larga tradición
Desde la misma pareja fundacional del materialismo histórico, la figura del rico comprometido con opciones de izquierda no ha cesado de repetirse. Engels disponía de una más que mediana fortuna y, de hecho, fue quien mantuvo económicamente a Marx durante largas épocas de su vida. Sin ello quizá El capital no se hubiera podido escribir. Desde entonces, han sido muy numerosas las personalidades que, disponiendo de situaciones holgadas o acaudaladas, han sido no sólo militantes sino dirigentes políticos de izquierda. Ello en tiempos en que la izquierda cuestionaba la propiedad privada.
Ahora, cuando apenas queda ya izquierda que cuestione la propiedad privada y el capitalismo de mercado se ha convertido en una especie de "naturaleza de lo social" no parece que la pobreza deba ser una condición previa para optar por compromisos de izquierda.Siempre que "ser de izquierdas" no sea una máscara que encubra la defensa de políticas antiigualitarias. En toda ética, y más si hablamos de ética política, los contextos son fundamentales.En el actual, no es exigible el abandono del patrimonio personal para actuar con criterios de izquierda. Sí, en cambio, resultan exigibles comportamientos éticamente adecuados en el uso de esos bienes que condicionan desde su procedencia hasta la finalidad que se aplica a las rentas que generan, por no hablar del pago de impuestos. No todo está permitido a quien es rico y de izquierdas.
Una situación que puede incrementarse conforme prolifere "el capitalismo de la cultura". Piénsese en artistas, escritores o deportistas. El fenómeno no lo imagino, sin embargo, desbordante.Lo general seguirá siendo lo contrario: los que más tienen en la derecha y los que menos, en la izquierda.
Justo Zambrana es licenciado en Filosofía y Economía. Ex alto cargo de UGT.
EL OBRERO | MARCELINO CAMACHO
Un millonario de izquierdas es algo rarísimo
Entiendo que ser de izquierda significa defender que, por el hecho de nacer, toda persona debe tener asegurada una vida digna en sentido amplio: educación, empleo... Todo ello en libertad, garantizando que la distribución de la riqueza sea lo más igualitaria posible y con respeto para toda la gente. ¿Se puede ser de izquierda y tener un gran patrimonio? Tras un análisis serio, un grupo muy amplio de intelectuales, entre los que se encontraba Marx, llegaron a la siguiente conclusión: "No es la conciencia la que determina la existencia; es la existencia la que determina la conciencia". Y esto es un hecho claro. Recuerdo esa frase que algunos hemos dicho con alguna frecuencia: "No hay nada más tonto que un obrero de derechas". Del mismo modo, no es casualidad que la gente del gran capital, o muy ligada a él, haya estado y esté en las posiciones de derechas. Los recursos grandes conducen, por lo general, a las posiciones que ya conocemos.
Sin caer en "determinitis": esa inflamación de la cosa determinativa, esa exageración de los principios. Hay gente -no excesiva, ésa es la verdad- que, habiendo estado ligada al capital, puede adquirir una conciencia que les lleve a ser de izquierdas. En las clases sociales hay capas, y no es lo mismo el pequeño propietario o el técnico, el profesional que tiene un salario elevado, que el gran capitalista. No se puede esperar que alguna de esas 225 personas que son dueñas del 40% del PIB mundial mantengan posiciones diferentes a las que mantienen. Si lo hicieran estarían en una contradicción enorme, en un antagonismo entre sus intereses y su conciencia. Un millonario de izquierdas -alguno puede haber- es algo rarísimo, verdaderamente rarísimo.
Marcelino Camacho es fundador de CCOO. Es miembro de la dirección de IU y del PCE.
EL ECONOMISTA | JUAN FRANCISCO MARTÁN SECO
No es contradictorio, sí raro y difícil
Una cosa es ser de izquierdas y otra ser tonto. En principio, no parece que debiera existir contradicción entre ser progresista y gozar de una situación económica desahogada, incluso de un patrimonio cuantioso, siempre que ese patrimonio se haya obtenido de manera lícita. Ser de izquierdas implica tan sólo defender unas reglas de juego y una estructura social que impidan las desigualdades lacerantes, y una dinámica política que corrija tales desigualdades en el caso de que se produzcan. Desde la izquierda nunca se ha promovido la caridad o la beneficencia, sino la justicia, justicia que difícilmente se instaura por el voluntarismo individual de repartir el patrimonio propio entre los pobres. Eso queda como precepto de ciertas religiones que rápidamente lo convirtieron en consejo y por último en paradigma de hecho heroico.
Cabría afirmar, también a priori, que abrazar una ideología de izquierdas tiene tanto más mérito cuanto mejor es la condición económica de la que se dispone. Si la izquierda es coherente, sus medidas se encaminarán a conseguir una mayor igualdad y por lo tanto beneficiarán a los de abajo y perjudicarán a los de arriba. Y ésa es la otra cara de la moneda: si, en principio, ser rico y de izquierdas no es contradictorio, sí es raro y difícil.Como afirmaba Marx, el ser social determina la conciencia y aquellos que están instalados en una situación de privilegio no serán muy proclives a asumir planteamientos que persigan reducir las desigualdades. Pero es que, además, en la actual estructura social y económica poseer una ideología de izquierdas es una clara rémora para ascender en la escala social, incluso en la profesional.El poder económico paga y sabe lo que quiere.
Juan Francisco Martín Seco es licenciado en Económicas. Fue secretario general de Hacienda.
EL PROTAGONISTA | LUIS SUÁREZ
Los patrimonios de la izquierda
En estos días estoy siendo la hoja que bambolea el huracán de la crisis de la Comunidad de Madrid.
Ha sido un fenómeno de transfugismo público apoyado objetivamente por el partido perdedor de las elecciones, el PP, y rodeado de importantes conexiones en el mundo de la promoción urbanística y del suelo. Las fuerzas gestoras del mismo intentan convertirlo, con apoyo mediático, en una acusación general contra el PSOE y, por repetición, contra quienes piden un cambio de política del suelo, de la educación pública, de los servicios sociales, de la sanidad, de la vivienda, etc.
Mi patrimonio, absolutamente adquirido dentro de la legalidad, fruto de un trabajo profesional cualificado durante 30 años, con constancia en los Registros Públicos de la Propiedad y en las declaraciones de bienes que he hecho con anterioridad y posterioridad a mi entrada en las instituciones a las que he pertenecido, coincidente con mis declaraciones a la Hacienda Pública, es el arma arrojadiza contra mí y contra los míos. A la vista de esa campaña demagógica, un "rico" no puede ser de izquierdas, ni diputado en sus filas, aunque su patrimonio sea ridículo comparado con los que llenan al menos las primeras filas de la lista electoral del PP a la Asamblea de Madrid.
Por lo visto, las gentes con posibles en España sólo pueden estar en las filas de la derecha, única legítima representante de los que tienen suficiencia económica. Por un razonamiento a contrario, todos los desposeídos deberían ser de izquierdas per se. Ni lo primero ni esto último coinciden con la realidad.
¿Puede un arquitecto, un médico, un ingeniero, un abogado con 30 años de ejercicio formado en universidades de prestigio, con prestigio profesional, que haya tenido un rendimiento económico bueno en su ámbito profesional, entrar en política?
A la vista de lo que demagógicamente se proclama, la respuesta es doble:
1) Sí, si lo es en la derecha. Ya se encargara ésta de dar dignidad, cobertura y pregonar las excelentes cualidades del profesional metido temporalmente a político.
2) No, si lo es en la izquierda y sobre todo si lo es en la izquierda menor, más social, sin amparo mediático. Se planteará que la izquierda y el patrimonio personal es una conjunción antinatura. Se hurgará para convertir las luces en sombras y hacerle un guiñapo público.
En el fondo, la concepción de nuestra derecha española necesita que la izquierda, si no está en el poder (véase los años de gobierno PSOE), responda a la imagen del paisano de boina y alpargatas, necesitada en lo personal y sin cualificación alguna. Esa derecha no soporta la transformación social de España en sus últimas décadas, que aunque con lacras sociales agrandándose progresivamente, es otra España, en la que la izquierda puede tener una dirigencia cualificada que puede triunfar en la esfera privada, lo que debiera permitir la entrada y la salida, es decir, la renovación incruenta de su personal público.
Lo social, lo éticamente exigible a un político es la limpieza, la transparencia y la honestidad en el cargo público, la no mezcla, la ausencia de interferencia de la actividad privada y pública, el no enriquecimiento ilícito en base a la actividad pública.Mi actividad de abogado ha estado alejada por completo de las esferas económicas que se relacionan con las instituciones públicas (Ayuntamientos y Autonomías), ha sido una actividad en relación con la justicia, que en sí mismo es arbitro y sentenciador imparcial.Separa lo público y lo privado. Lo esencial es saber cómo se ha entrado y cómo se sale, o cómo se está. No cuánto se tenía antes de entrar, si legítimamente se ha obtenido. Hay ciudadanos para los que, por nuestra previa actividad profesional, la política desde la izquierda solo supone pérdida y sacrificio personal, económico y de prestigio. Tal vez sea una temeridad. Pero es una apuesta por devolver a la sociedad lo que ella nos da en nuestras profesiones.
Luis Suárez es licenciado en Derecho y Economía. Diputado autonómico de IU.