Julio Sánchez
Quien firma este artículo ha de reconocer públicamente que hasta hace relativamente poco tiempo defendía de forma ingenua entre sus amigos y camaradas más cercanos que si tuviera que elegir entre una opción política del Sistema lo haría por Izquierda Unida.
Ello en base a que entendía que dentro de la putrefacción moral y política que se extiende a los partidos políticos afectos al régimen constitucional, IU tenía algunas diferencias positivas respecto al resto de formaciones: republicanismo (si bien, Anguita tuvo que soportar alguna reprimenda desde su propio partido por defender la instauración de una nueva república si determinados preceptos constitucionales no eran aplicados), visión social de la economía, oposición a la OTAN, apoyo a determinadas causas justas (Palestina, Sahara, etc) o la implicación de militantes de la coalición en proyectos sociales y comunitarios, muy en sintonía con la idea falangista de promocionar al tejido social como nuevo eje vertebrador de la sociedad. Sabido es que IU siempre ha estado a la "vanguardia de la lucha por el aborto o de la destrucción de la familia....pero al fin y al cabo, ¿acaso el Partido Popular y el Partido ¿Socialista? ¿Obrero? Español (dan ganas de poner también el signo de interrogación respecto a lo de "Español si nos atenemos a las tesis de Maragall o de Elorza) no se han convertido también en baluartes de tales "planteamientos?
En cualquier caso, ¿qué me ha hecho cambiar de opinión respecto a la coalición comunista? Principalmente, su actitud respecto al llamado "problema vasco. Sin embargo la postura hostil de la izquierda en general, respecto a la idea de España viene de lejos; es por ello que comenzaba mi artículo refiriéndome a mi ingenuidad.
Recuerdo que hace unos años cuando el Partido Popular gobernaba en coalición con los nacionalistas vascos y catalanes, Julio Anguita dijo muy acertadamente que las derechas estaban unidas por el bolsillo. No importaba que los socios del partido de Aznar negaran la realidad de España como nación, lo realmente importante era compartir una misma visión económica liberal. Pues bien, ¡lo qué son las cosas!, unos años más tarde Izquierda Unida-Ezker Batua forma parte del ejecutivo vasco. Ellos tan internacionalistas y marxistas, mira por dónde se alían con el nacionalismo más rancio, aldeano, racista y reaccionario con el que uno se pueda encontrar. Y eso que durante la campaña electoral previa el "amigo Madrazo no se cansó de repetir que ellos buscaban la equidistancia entre los dos bloques, el nacionalista y el constitucionalista. Sin embargo, los supuestos representantes de los intereses de la clase trabajadora han acabado de la mano del partido de la burguesía vasca. Claro, que este pacto no es tan contra-natura como podría pensarse, pues tienen un objetivo común: la desintegración de España. Además, por su colaboración en el gobierno autónomo de Vitoria los comunistas reciben una contraprestación de aproximadamente 700.000 euros (sobre 120 millones de las antiguas pesetas). Joder, es que "la pela es la pela.
Ya con anterioridad, en el marco de su idea de acabar con la unidad de nuestro país, Izquierda Unida no tuvo ningún tipo de escrúpulos en firmar un pacto como el de Estella de carácter independentista no ya sólo con el nacionalismo conservador sino también con el brazo político de ETA, a los cuales también apoyó mediante su abstención en el proceso seguido para su ilegalización como partido.
Lo que me resulta realmente lamentable es que nos encontremos con una organización política que contando paradójicamente con el respaldo de un sector de la clase trabajadora española utilice ese potencial para la mutilación de España. Algunos hechos que ha protagonizado la coalición comunista hubieran sido suficientes como para que ese sector le diera la espalda, pero parece que no es bastante que Izquierda Unida haya llegado a aliarse con el Partido Nacionalista Vasco y con Eusko Alkartasuna con el propósito de boicotear la creación de una comisión para las víctimas del terrorismo o que haya llegado a utilizar dependencias del gobierno autónomo balear para celebrar un acto en apoyo de la entonces llamada Euskal Herritarrok. Carece de importancia también, por lo que parece, que en su día Izquierda Unida a través de su dirigente Ángeles Maestro llegara a prestar su apoyo al periodista-terrorista Pepe Rei. Ya con anterioridad, la coalición votó en contra de una moción presentada en el Parlamento Vasco presentada por PP y PSOE para que la bandera nacional ondeara en todos los edificios públicos de Vascongadas, pero bueno, ya se sabe, es un detalle sin importancia. Y ahora, para colmo, en estos días pasados nos salen haciendo causa común por enésima vez con el nacionalismo para que se consienta que la ilegal Batasuna cobre de las arcas públicas.
En fin, ante tanta miseria moral, sólo puedo sentir nauseas.