Por Mendelevio
Se ha avanzado mucho en la igualdad de género desde 1975. No era difícil, porque el listón era muy bajo. Avances como la despenalización del adulterio femenino, o la incorporación de la mujer al mundo laboral, sin tener que pedir permiso al marido o al padre, llegaban con 50 años de retraso. Pero el legislador del régimen del 78 erró en varios aspectos. La mal llamada discriminación positiva, la lucha contra la violencia de género y la custodia de los hijos en caso de divorcio.
La discriminación nunca es positiva. Lo positivo es legislar para que no haya discriminación y vigilar el cumplimiento de las leyes. Lo demás es perpetuar la injusticia. Es más barato regular cuotas en determinados empleos, que crear redes asequibles de guarderías y comedores escolares. No se plantean ampliar el número de inspectores de trabajo o bonificar a las empresas para que las bajas maternales no supongan un quiebro en las carreras profesionales de las mujeres.
En la lucha contra la violencia de género se ha convertido a todos los hombres en sospechosos de ser maltratadores y se les pone en la tesitura de tener que demostrar su inocencia. Es un disparate tal, como hacer sospechosos de terrorismo a todos los musulmanes, sólo por pertenecer a la misma religión que unos asesinos. Así no se ha evitado la violencia de género, sólo se ha engrilletado a muchos hombres, pero no se ha garantizado a las mujeres maltratadas que las órdenes de alejamiento se cumplieran. Esto segundo cuesta dinero, y el legislador pretende solucionar los problemas sin poner medios materiales ni humanos. Esta ley ha devorado hasta a su promotor, el ex ministro López Aguilar.
En la custodia compartida [1] muchas feministas están en la órbita ideológica de la Sección Femenina. La crianza de los hijos es cosa de mujeres. La sociedad ha cambiado, la mujer se ha incorporado al mundo laboral, y los hombres a la crianza de los hijos. Cambiar pañales, dar biberones, llevar a los niños al parque o al cole no son ya cosa de mujeres. Aquí han ganado todos: hombres, mujeres y niños. Pero en caso de ruptura sin acuerdo el padre lleva las de perder. Si el padre pide la custodia compartida y la madre la quiere para ella, por lo pronto en la vista de medidas cautelares tiene muchas papeletas de ganar la madre, y de perder el padre y los hijos. En el pleito principal, que le costará un capital, el triunfo de la custodia compartida dependerá de la opinión del fiscal y del juez. El legislador ha sido incapaz dar la herramienta a los jueces de aplicar la custodia compartida de forma preferente y no excepcional. El Partido Popular, que ha gozado de mayoría absoluta en el parlamento esta legislatura ha sido incapaz de sacar adelante Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Los Ministros de Justicia han estado demasiado ocupado imponiendo tasas judiciales, que se les han olvidado el derecho de los niños a convivir con sus dos progenitores.