Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nóbel de la Paz, en 1980, y director del Servicio de Paz y Justicia -Serpaj- de Argentina
En la reciente carta que enviara al presidente George W. Bush le expreso que "No desafíe a Dios;... no pretenda construir la Torre de Babel de la inmisericordia y el odio", arrastrado por la locura del poder para adueñarse del mundo. La posible guerra contra Irak es repudiada por la comunidad internacional, y apoyada por aquellos que buscan sus propios intereses económicos y políticos, como por el complejo industrial militar de los traficantes de la muerte. "El pueblo de Estados Unidos no debe dejarse engañar por los grandes monopolios informativos que buscan endemoniar y generar enemigos reales o potenciales. Es necesario reaccionar frente a la grave situación internacional, que el gobierno de George W. Bush pretende arrastrar a una guerra contra Irak y contra el mundo. Hay sectores que dominados por el miedo se someten en nombre de la seguridad a la inseguridad" e hipotecan su libertad. La memoria es vida de la historia y nos ilumina los caminos que d! debemos recorrer; es necesario tener presente algunas enseñanzas del pasado".
El 12 de enero de 1938, Hitler llama al entonces canciller de Austria a una reunión para decirle: esto no puede seguir más así. Yo soy un hombre enviado por la providencia para poner orden en el mundo. El que no esté conmigo, será destruido". El 12 de febrero de 1938, Alemania invade Austria y se la anexa, el canciller austriaco es llevado al campo de concentración de Daschau, donde estuvo prisionero hasta la caída del nazismo. Después del bárbaro atentado terrorista a las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001, escuchamos algo semejante: "Quien no esté con nosotros, está con los terroristas." "Es la guerra del bien contra el mal", el anuncio de las "guerras preventivas". La neutralización de la ONU y los organismos internacionales que se opongan a su política hegemónica de poder para adueñarse de los recursos energéticos de Irak, como de otros países. A esto se suma la sumisión y complicidad de gobiernos como Gran Bretaña, España e Italia. El pueblo de Estados Unidos debe tener memoria de las políticas desarrolladas por sus gobiernos en el mundo, cargadas de violencia, invasiones y sometimiento de los pueblos. Debe hacer memoria de la guerra de Vietnam y las graves consecuencias para los pueblos y el mundo. Reaccionaron cuando los muertos eran soldados estadounidenses y llegaban en bolsas de plástico. El gobierno de Estados Unidos, que preside Bush, debe comprender que la fuerza no les da la razón, ni el derecho de imponer su voluntad y dominación al resto del mundo. El pueblo de Estados Unidos debe analizar con sentido crítico y humanitario las consecuencias de ! la guerra. Vuelvo a insistir una vez más; Todos sabemos cómo comienzan las guerras, pero nadie sabe cómo terminan; sí sabemos que el dolor, las muertes, el sufrimiento de las actuales y futuras generaciones y sus consecuencias las sufren los pueblos.
El pueblo estadounidense tiene la responsabilidad de actuar en defensa de la vida y la dignidad de las personas y los pueblos, antes que sea tarde y el totalitarismo los arrastre a situaciones imprevisibles. Existen signos de esperanza en que muchos sectores se están movilizando para evitar la guerra, iglesias, organizaciones sociales y movimientos por la paz. En el Foro Social Mundial recientemente realizado en Porto Alegre, Brasil, las organizaciones participantes lanzaron un llamado al mundo para que el 15 de febrero se realicen marchas, movilizaciones, jornadas de oración y ayuno; en cada lugar en que se encuentren: no a la guerra; sí a la paz, porque otro mundo es posible.
Artículo publicado en "El Grano de Arena" , correo de información de ATTAC nº 178, 17/02/2003.