"Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas;
cuando son ciertas, no se refieren a la realidad"
(Albert Einstein)
El cuatro, el cuatro. Otra vez los malditos e indecentes números.
Cuatro días, al parecer, son muchos para una baja por fallecimiento de un familiar y, en ese mismo momento, el que tal cosa afirma queda definido éticamente "sine die". Otra vez los malditos e indecentes números.
¿Cuanto tiempo se trata en superar la ausencia de un ser querido? ¿Dos días, cuatro, un mes...nunca?.
¡Expertos de la comunidad científica acorten los meses de embarazo para que la Gran Máquina no deje de producir! ¡Suprimamos las bajas de maternidad y los permisos de lactancia¡, ¡No podemos permitírnoslo con los números en la mano¡, ¡Contratemos siempre varones que no sufren esos "contratiempos" de mujer¡.
Dejemos al margen sensiblerías como la dignidad, la ética o la moral porque números y producción mandan y hagámoslo con rapidez no sea que lleguemos tarde a misa y no me vean entrar mis potenciales votantes. ¡Puag!
No nos resignemos, resistamos a la numerología, enfrentémonos a ella. Yo rebano el cuello al cuatro, tu apuñalas al ocho y él que tirotee al quince y, casi sin darnos cuenta, habremos terminado con los despidos, los "eres", los reajustes de plantilla o las cuentas en Suiza, que para nuestra humillación tiene el signo de la suma en su bandera.
Luchemos porque el seis deje de ser un número y pase a ser una familia numerosa.
Alberto