Madrid. Hotel Carlton. Sábado, 5 de la tarde. No estamos lejos de la estación de Atocha y con el alma encogida por el recuerdo de la masacre del 11M y la rabia aún contenida, nuestra tertulia el "rincón auténtico" vuelve a contrastar opiniones, vuelve a hablar de futuro, vuelve a buscar resquicios de esperanza en el muro levantado ante la convivencia democrática. Tema de hoy: "La rebelión ciudadana en Cataluña".
Salón lleno, caras conocidas, muchas caras nuevas y un animado ambiente para conocer en profundidad la situación política catalana en su relación con el resto de España. Brillante exposición del tertuliano invitado, ciudadano real, trabajador, comprometido con Barcelona, enamorado de ella, de su humor, su arte, su fértil teatro. Y llega entonces a mi recuerdo la Cooperativa La Lealtad, fundada en 1892 al servicio de los obreros de las construcción, aquella que gestionaba un grupo de teatro por la que pasaron Paco Martínez Soria y Jose Sazatornil, aquella que consiguió aunar los esfuerzos de Carlota Soldevilla, Lluis Pascual, Pere Planella, Albert Boadella y tantos otros para formar unos de los primeros teatros estables españoles: el Teatro Lliure. Y recuerdo la frase de su Presidente , el señor Joaquin Gubern i Palacios, en 1975:
- Necessitem un espai lliure...
Pues de eso se trata también ahora y de eso hablamos este sábado. Porque no hay libertad cuando se impone una política lingüística y cultural como arma arrojadiza para la consecución de fines políticos y económicos. Se nos contó otra vez cómo la maquinaria institucional catalana trata de imponer la cultura y el pensamiento único, sobrepasando el ridículo, amedrentando con la nueva religión nacionalista. Se nos contó como los niños dejan de ser niños, las personas dejan de ser personas y el término ciudadano se vacía de contenido: Solo importa ser catalán. Catalán en un nuevo mundo de Huxley, Catalán porque seré mas feliz, más rico, sin conocer lo que ocurre a mi alrededor, sin solidaridad, sin conciencia y sin libertad.
Hablamos mucho de los niños y su extensa educación en el nuevo catecismo nacionalista, hablamos con humor de la imposibilidad de obtener una subvención para viajar a hispanoamérica por no saber decir "bocadillo" en catalán (todo el mundo sabe que es condición indispensable para subsistir en aquellas tierras), hablamos de los trabajadores y su sometimiento a la "policía lingüística", hablamos de los emigrantes (se prefieren no hispanohablantes), pero hablamos también de rebelión.
Y hablamos de iniciativas como "Ciutadans de Catalunya", que se organizan para ser sobre todo personas libres, para denunciar, para impregnar de racionalidad la vida cotidiana, para ser felices dentro de una natural convivencia.
Desde Falange Auténtica impulsaremos este y otros movimientos de rebeldía: La política de las personas, la política de los ciudadanos. Entendemos que el poder y las instituciones solo se representan a sí mismos. Si a nivel de la calle no hay un grave conflicto social, no hay una confrontación territorial, no hay una guerra lingüística más allá de las provocadas por la acción política e institucional, habrá que llevar lo que que es cotidiano, lo que de verdad nos representa, al nuevo "Parlamento de las Personas".
Y como decía nuestro tertuliano: nada de boicots, nada de estridencias, nada de confrontación. Simplemente pongamos a esos políticos frente al espejo, ello solos se verán como protagonistas del mas esperpéntico cuadro de humor.
Nosotros sólo necesitamos un "espacio" libre.