Â
Bajo el lema "EN EL NOMBRE DE ESPAÑA: PAZ. EXIGIMOS JUSTICIA, NO GESTOS" Falange Auténtica acudió con el resto del pueblo español a las manifestaciones convocadas el día 12 de marzo contra la barbarie terrorista.
Por encima de diferencias partidistas la ciudadanía se reunió para gritar su rabia contra los asesinos y para mostrar su respeto y solidaridad con las victimas y sus familiares.
Nuestros camaradas compartieron con el resto de manifestantes, a lo largo de toda la geografía española, unas horas de una unidad que sin duda echaremos de menos dentro de unas semanas, en cuanto los partidos políticos vuelvan a derrochar el impulso popular que surge ante las situaciones extremas y se dediquen, nuevamente, a ejercer en exclusiva la representación de todos nosotros y a seguir decidiendo al margen de los intereses y los sentimientos de la gente de la calle.
Para Falange Auténtica, la magnitud de este último horror causado por los asesinos terroristas, sirve para reafirmarnos en nuestra posición. Una posición que atribuye a la educación en valores alejados del odio y cercanos a las concepciones humanistas, el valor de arma fundamental en la lucha contra el terrorismo. La duda en cuanto a la autoría de este crimen macabro, sirve a su vez, para reafirmarnos en nuestra creencia en la necesidad de encontrar soluciones globales a los problemas de la humanidad, cuando es probable que al final, este crimen pueda ser consecuencia de guerras entre intereses ajenos a nuestra Patria y que se desarrollan en un campo de batalla global y determinado por las alianzas y dependencias creadas por nuestros políticos a favor de las grandes potencias económicas mundiales.
Es saludable el baño de multitudes para sincronizar ante la desgracia el latido de los corazones de los que piensan de una manera o de otra, de los que rezan a un Dios o a otro, de los que tienen un color de piel u otro, de los que hablan con un acento u otro, porque es saludable comprobar que el ser humano, en general, se horroriza ante el asesinato, pero es necesario y es urgente que desde hoy, mañana, pasado y el resto de los días que nos queden de vida, sepamos pararnos a reflexionar y tratar de decidir si la manera en que se hacen las cosas es capaz de evitar que esto vuelva a ocurrir o si por el contrario la humanidad esta cometiendo algún error remediable que nos aboca a estos enfrentamientos fraticidas y a estas masacres incomprensibles cada poco tiempo. Y si llegamos a esa conclusión, que nuestra voz no tiemble a la hora de decírselo a los responsables y el pueblo vuelva a salir junto a las calles.