No será la primera democracia que se nos va de madre. Ni la primera constitución que hace aguas. Los españoles tenemos una historia que contar.
Reunidos los 3 secretarios generales que han asumido la máxima responsabilidad del partido desde que se crease en 2002, los falangistas disfrutamos en Alicante de un ambiente de análisis pausado, de criterio y observación desde tres puntos de vista, tan diferentes como complementarios.
Política de subvenciones, una hemorragia que adultera nuestra salud, ya de por sí débil dado la falta de transparencia… Nuestro antidemocrático sistema de representación, adulterados y envenenados, totalmente injusto, en caso de que esto vaya de igualdad de oportunidades. Y la perseverancia en las desigualdades sociales, a pesar del discurso subido de demagogia con el que nos taladran el cerebro, desde todos los medios de comunicación de los partidos, divididos por ideologías al uso.
¿Para cuándo las listas abiertas? Nos preguntamos los falangistas en Alicante.
Nos duele España. En Falange Auténtica nos hemos unido a los homenajes que por diferentes motivos se han llevado a cabo al autor, intelectual y filósofo del siglo XX español.
Nos duele España, nos duele el dispendio acometido desde nuestra clase política. Nos duele la política de subvenciones de partidos, organizaciones dependientes de los mismos, puertas giratorias y otras argucias legales que desvían cientos de millones de euros.
Millones de euros que, corrupción a parte, se esperan en investigación, Sanidad, Educación y aquellos colectivos realmente necesitados; realmente necesitados, insistimos. Los falangistas pedimos en Alicante una administración política decente.
Nos duele que nuestra democracia sea una burla desde el mismo momento en que en que vamos a echar el voto a la urna.
El negocio de la política empieza en los partidos políticos como lanzaderas, no de startup, no, no de artistas, no de jóvenes brillantes, de políticos , de políticos adoctrinados que se deben a la cúpula del partido, fieles a la mano que les da de comer y, de paso, les mece la cuna.
Aquí la democracia se pacta de antemano y se la ata corta.
Y en tercer lugar, a los falangistas nos duele España cada vez que se echa a una familia del domicilio familiar, o se continúa incumpliendo, comunidad autónoma a comunidad autónoma, la ley de dependencia.
Cada vez que falta policía para ir a socorrer a los trabajadores, la mayoría autónomos detenidos en la frontera de España por delincuentes, a los que se les permite delinquir, en previsión de que esos delincuentes formen parte del Gobierno de España o sean imprescindibles para formar gobierno, para el caso patatas.
Igual es muy sencillo, igual no. En definitiva, lo que pedimos desde Alicante los falangistas es decencia y coherencia. Lo demás, es cosa de cada cual.