Intervención de Juan Ramón Sánchez Carballido en el acto político celebrado en Alicante el 2 de diciembre de 2017.
TRANSCRIPCIÓN
Señoras y señores. Queridos camaradas.
No resulta especialmente grato tener que iniciar o dedicar una intervención en un día tan destacado como el día de Falange Auténtica, recurriendo una vez más al gran tópico, al gran caso que nos va a ocupar toda la crónica de este año 2017 y mucho tememos que también la de los años siguientes, el cual ha sido el intento de independencia, el intento de segregación por parte de la minoría independentista, nacionalista o soberanista… en Cataluña.
No hay más remedio que hacerlo porque los medios de comunicación parece que ya han decretado el final de esta crisis, igual que decretaron el final de la crisis económica, aunque no haya habido todavía nadie que la haya apreciado la bondad de esa afirmación.
La crisis generada institucional y política generada por el catalanismo radical y por el independentismo catalán sigue perfectamente vigente. Y sigue perfectamente vigente porque en declaraciones de sus propios dirigentes vamos a asistir simplemente a un cambio de estrategia. No vamos a asistir a un cambio de ideas. No a un cambio en la hoja de ruta.
El final de todo el "procés" -y espero pronunciarlo correctamente-, sigue siendo el que era. Lo único que se ha cambiado es la estrategia. Estrategia que van a seguir para alcanzar ese objetivo final frente al que Falange Auténtica siempre estará dando la cara.
Forma parte todo este estilo o ética política de los últimos tiempos el querer volver rápidamente a una sensación de normalidad. El mejor estilo de nuestro inefable presidente del gobierno, Don Mariano Rajoy.
Vamos a asistir en breve a una serie de excarcelaciones. Están deseando que se termine los efectos del famoso artículo 155 de la Constitución Española.
Están convocadas elecciones lo antes posible. Pero no sabemos exactamente que ha variado en el panorama como para que ese optimismo tenga alguna razón de ser
Por el contrario los secesionistas saben igual que sabemos nosotros en Falange Auténtica, y ya lo avisamos hace 3 años exactamente, que el proceso puede seguir adelante. Y el proceso va a seguir adelante.
Yo creo que cuando todas las aguas vuelvan a su cauce -y esto se puede interpretar sin la pasión que actualmente nos embarga- nos daremos cuenta que ellos tienen plena razón al entender que han hecho un "test". Han hecho una prueba de cuáles son las posibilidades reales que tienen su intentona separatista. Y han descubierto cuál es.
La primera, el apoyo futuro posible y amenazante por parte de las instituciones europeas. Los dirigentes independentistas han palpado la opinión internacional y han descubierto que su único problema, SU ÚNICO PROBLEMA es que no tienen el apoyo popular suficiente. Que a Europa le parece demasiado estrecho el margen de un cuarenta y tanto por ciento, 47%, que divide a la población catalana, en 50% a favor o en contra de la independencia.
Europa dice que es poco. Pero no sabemos que puede ocurrir en el hipotético caso que ese 50 o 47% empiece a alcanzar las cotas del 60, 70, 80%...
Y no vale la ensoñación de pensar que nuestros gobiernos aliados en la Unión Europea nunca permitirían el crecimiento de este tipo de opciones, porque es un problema que tienen igualmente en su casa, es un problema que es igualmente doméstico y que no van a alimentar la extensión del problema, no.
Porque es absolutamente inconcebible que un país como Francia vaya a tener el menor complejo en utilizar sus mecanismos constitucionales y legales, su policía y su ejército para enfrentar cualquier amenaza separatista.
Quien conoce la historia de Francia, quien conoce la mentalidad francesa, sabe que eso es imposible. Es absolutamente imposible.
No se puede confiar en la idea de que se vaya a apoyar la pretensión unitaria de España para evitar que el problema se extienda a otras regiones y menciono a Francia porque es a partir del caso Corso, uno de los ejemplo más claros que se pueda mencionar.
Saben perfectamente que existe la posibilidad de que los aliados de la Unión Europea, en un momento determinado vean con buenos ojos y apoyen algún tipo de movimiento separatista, porque entiendan que el porcentaje de la población le da legitimidad democrática.
Y en paralelo han constatado que el gobierno de España por fin, después de que Falange Auténtica llevara exigiéndolo los tres últimos años, por fin con todo el dolor de su corazón y en contra de todos sus sentimientos más elementales, haya decretado la aplicación del artículo 155.
"¡nos van a obligar a que apliquemos el artículo 155!
Nunca tuvo ningún movimiento político mayor facilidad de que no se cumpla la Constitución.
Estas son palabras de la Vicepresidenta del Gobierno de España.
"¡No queremos aplicar la ley!", "¡No queremos aplicar la ley!", "la ley está ahí pero no queremos aplicarla", "ayúdennos a no aplicar la ley"
Eso es lo que ha ocurrido recientemente y ellos han tomado nota y han dicho: los españoles -entendiendo por tales el gobierno español- no quieren aplicar los mecanismos que tienen legalmente y constitucionalmente reconocidos para atacar y para atajar el problema que le estamos planteando y no quieren, verdaderamente no quieren.
El deseo de terminar con la transitoriedad del artículo 155 es tan grande que parece que casi no hubiera merecido la pena tenerlo que aplicar y están deseando que sus consecuencias dejen de ser efectiva lo antes posible.
Con lo cual, después de recurrir al vergonzoso espectáculo de la mentira...
Yo... permítanme ustedes un inciso, yo creo que esta gente, lo que ocurre, es que no han tenido que correr delante de los famosos grises, como alguno de los camaradas más veteranos. O como tuvimos que correr nosotros en los años 80, delante de aquellos que iban vestidos de marrón.
Estos nos saben que es lo que es dar hos... dar porrazos. Perdón, que alguno a veces se inflama... Estos no saben lo que es verdaderamente una la represión policial. Una represión legal, y con toda la ley de su parte. No saben lo que son personas con la cabeza reventada en la calle.
Yo sí. Yo lo he visto. Yo lo he sufrido.
Y es una pantomima. Y una falsedad absoluta.
Esas acusaciones, como si España fuera un estado totalitario, como si aquí no existiera la libertad.
Una PANTOMIMA.
Sin embargo, que bien lo han sabido vender. Que bien lo han sabido vender, y que vergüenza siente un español, tiene que contestar a sus amigos, a personas interesadas de otros puntos de Europa, que dicen cómo es posible que en España ocurran estas cosas.
Y no sabemos que responder. Porque la respuesta automática es ¿Qué cosas? ¿Qué gravedad ha tenido esto?.
Si cuando la democracia y la libertad en España, se conquistó de esa manera, aplicando la ley con todo el peso de la ley.
Han recurrido a la mentira, a la exageración, a algunas escenas verdaderamente llamativas, y verdaderamente dolorosas, no todo se puede reconocer, pero exagerándolo y sacándolo fuera de contexto.
Y esto permite que desde la propia Unión Europea, se esté insultando permanentemente a España, se esté poniendo en duda la calidad democrática de nuestra sociedad, de nuestro gobierno, y que no se pueda hacer o no se quiera hacer nada por evitarlo.
¿Y que se podría hacer?
Pues en realidad no lo tenemos muy claro que se vaya a hacer. Porque como acabamos de comentar, no hay una auténtico instinto de supervivencia en el gobierno de España.
Que aquellos que han hablado de una traición, yo creo que no andan del todo descaminados, porque una vez más, se impone el interés, el cálculo electoral sobre la propia unidad nacional.
Esta actitud de aplicar el artículo 155 pero "poquito" a la que hemos asistido, no responde ni más ni menos a que posiblemente los partidos que estén llamados a formar gobierno en un futuro, van a volver a necesitar la colaboración de los diputados de estas minorías independentistas, y no pueden pensar en la posibilidad de perder el poder.
Se ha aplicado la ley de una manera pazguata y cobarde y traidora, porque quizás en las próximas legislaturas o en la próxima aprobación de los presupuestos generales del estado los van a necesitar.
Y esto es lo que impera. Esto es lo que impera.
La propia unidad nacional puede quedar en entredicho y el propio prestigio internacional de España puede quedar en entredicho, simplemente porque el partido en el poder, quiere mantener el poder y quiere volver a conquistarlo. Y el primer partido de la oposición, quiere exactamente lo mismo. A cualquier precio.
Con lo cual la idea y el interés de España queda absolutamente subsumida al interés del ejercicio del poder.
¿En realidad la situación es tan grave? ¿La situación es tan compleja como estoy describiendo?
Pues creo que sí.
Creo honradamente que si, por el mero hecho de que las medidas que cualquier gobernante serio hubiera tomado, no se ha tomado ni una sola de ellas.
Si ahora que están tan en boga la posibilidad de una reforma constitucional, sería posible como en otros países de nuestro entorno, tan civilizados como Alemania, sería posible prohibir constitucionalmente a los partidos independentistas, a los partidos que tuvieran en su programa la intención de disolver la unidad nacional.
Esto ocurre en Alemania, no hay que irse a Uganda... es a Alemania. La gran inspiradora de la Unión Europea junto con Francia.
Pues no se han tomado esas medidas. No se ha tomado esa medida.
Como acabo de comentar también, el deseo perentorio del gobierno, porque los jueces excarcelen a personas que han malversado, que han conspirado, que han atentado, que han insultado a la unidad nacional, simplemente para volver a esa tranquilidad, a esa especie de normalidad democrática inexistente. Inexistente porque hay gente en Cataluña que están sufriendo la situación en carne propia.
No vemos tampoco el gran problema que es el que acabo de apuntar hace un momento, que ese porcentaje de independentistas crece, y crece porque los dos grandes elementos de ingeniería social están en manos del enemigo. Esos instrumentos son los medios de comunicación: la televisión autonómica, y la educación.
A lo que nos estamos enfrentando es que las próximas generaciones de jóvenes catalanes, tengan una visión de la verdad y de la historia, completamente falsa. Una visión romántica. Una visión inventada... Pret-a-porter. Es decir, a su pura imagen de la gran demencia de lo que sería una Cataluña independiente, o mejor dicho, de lo que fue una Cataluña independiente, en ningún momento de la historia, pero así quieren ellos entenderlo y sentirlo, al punto de que es muy posible que el voto o el apoyo popular al secesionismo crezca y crezca con cada nueva generación que salga de la escuela, y con cada nuevo televidente que se engancha a los medios de comunicación controlados por la Generalitat, como la televisión catalana.
¡Cómo ha sido posible... que esa televisión no haya sido automáticamente cerrada! De manera cautelar... se podría abrir unos meses después. ¡Cómo sigue operando!
No es comprensible.
Pero cómo es posible también que se haya presentado en el Parlamento, haciéndose eco del clamor popular, algún tipo de proyecto para que la educación en Cataluña vuelva al criterio racional ¡y se haya opuesto todo el mundo!
No tiene sentido.
Lo único que hemos conseguido es... parar el golpe temporalmente, dar impulso, explicarles cuál es el camino y dejar que crezcan. Y dejar que crezcan en la ruta que tienen establecida.
Por eso os decía al principio, nosotros ya reflexionamos, nosotros ya exigíamos la aplicación del 155 hace tres años. Pero nuestra reflexión era más amplia. España tiene que volver a encontrar el medio, el modo de resultar un proyecto atractivo para todos los hombres que vivan en su terreno, en su territorio. Cualquiera que sea la comunidad autónoma en la que hayan nacido o estén viviendo.
Hace falta un proyecto común. Hace falta algo que sea mucho más atractivo y mucho más movilizador que el cuento romántico y fantasioso de la independencia.
Y esta una tarea nosotros particularmente nos sentimos llamados. Y al parecer solamente nosotros. Nadie es crítico tampoco con la situación española, y hay que criticarla.
Y acabamos de tener un ejemplo excelente, por el cual te felicito querido camarada [nota: refiriéndose a la intervención de Juan Francisco González], para poner claramente de manifiesto dónde están las debilidades de nuestra nación, de nuestra patria.
Y están ahí.
Tenemos que hacer una España que verdaderamente merezca la pena vivir en ella. En la que uno se pueda sentir verdaderamente orgulloso. Un proyecto nuevo de estado.
Es incluso exportable a nuestros queridos países del otro lado del Atlántico. Que se pueda vivenciar en Chile, en Argentina, en la propia Cuba, que la pobre bien necesitada está. Llevar ese modelo no solo a nuestro nicho donde hemos nacido, sino a aquellos que alumbramos, a la cultura y a la civilización occidental, gracias al empuje que otros españoles tuvieron previamente igual que queremos tener nosotros ahora.
Esto es lo que queremos ofrecer. Y la forma concreta es una patria justa, una sociedad justa y donde verdaderamente merezca la pena vivir e impere la justicia y la dignidad de las personas.
Eso pedimos, para eso nos esforzamos, per terminando mi intervención he de decir que mientras contamos con la masa crítica, con las personas que nos quieran ayudar a dar fuerza a este proyecto nuevo de civilización y de vida cultural y política completamente nueva, solamente podemos exigir que el peso de ley caiga sobre cualquier iniciativa, proceda donde proceda, que ponga en peligro la unidad que nos hemos dado democráticamente todos los españoles a través de la constitución aprobada en 1978.
Muchas gracias.
Arriba España.